'Algunas regulaciones del buen gobierno de las sociedades deben ser obligatorias'
Juan Ramón Quintás fue nombrado presidente de la Confederación Española de las Cajas de Ahorros (CECA) el pasado 22 de mayo. Es el primer técnico que asume este cargo, aunque sólo ha tenido que cambiar de despacho, ya que desde 1994 es director general de la CECA. Defensor de las cajas y de la función social que desempeñan, asegura que la CECA puede mejorar mucho más sus funciones de lobby. 'El año que viene nos plantearemos la modificación del área a asociativa'.
Pregunta. ¿Qué opina sobre las nuevas normas de buen gobierno que quiere introducir la Administración?
Respuesta. No sería conveniente caer en una exageración regulatoria, pero también el otro extremo es un problema. Incluir el código del buen gobierno como una mera manifestación de buena voluntad no sirve para nada. En el término medio está la virtud. Es bueno que sean obligatorias algunas regulaciones del buen gobierno para las sociedades.
P. ¿Qué medidas de las que baraja el Gobierno no deberían ser obligatorias?
R. Se ha hablado de limitar la edad máxima de los consejeros de las empresas cotizadas a los 70 años, y esto puede ser anecdótico. No creo que sea tan importante para el gobierno de las empresas, por eso puedes caer en una hiperregulación. Es muy bueno que se hable en profundidad de qué cuestiones están en la raíz de los problemas que han llevado a los desastres de grandes empresas de otros países y ver que tipo de normativa se puede introducir para que no ocurran casos como ésos. Pero el resto debería dejarse a los consejos de las entidades.
P. Gescartera, el caso BBV... ¿El Gobierno llega tarde para modificar el código del buen gobierno?
R. Las vacunas llegan cuando se ha visto morir a otro por una enfermedad.
P. El presidente del BBVA ha afirmado que los códigos del buen gobierno no son infalibles, todo depende de las personas.
R. Es cierto, pero hay que distinguir que quien burle algo que es obligatorio va a tener una sanción mucho más grave que si esa norma es voluntaria. Las decisiones que se han tomado en algunas de las empresas de EE UU ahora en entredicho son legalmente aceptables, pero que condicionan actuaciones erróneas al estar basadas en sistemas que estimulan la toma de decisiones con una sobreponderación a corto plazo sobre la cotización de las empresas y te llevan a descuidar las decisiones cuyos proyectos son a medio y largo plazo.
P. ¿La campaña del PSOE contra la Ley Financiera repercutirá en las medidas introducidas para las cajas?
R. Sería mucho mejor si la Ley Financiera se aprobara por consenso.
P.¿Qué quitaría y qué añadiría en la Ley Financiera?
Por supuesto quitaría lo relativo al limite de los 70 años de edad para ser consejero de una caja. Podría compartir esta limitación, aunque no aceptarlo como norma general. Sí añadiría algo en lo que está de acuerdo todo el sector, que para emitir participaciones preferentes no tuviéramos que ir al extranjero. Sería muy satisfactorio que se pudieran emitir desde España, pero tendría que conllevar un trato fiscal similar al existente en los paraísos fiscales. Me parece absurdo que las cajas y los bancos que no quieran captar dinero a través de sociedades en paraísos fiscales tengan que acudir fuera para poder dar las mismas ventajas a nuestros inversores.
P. ¿Cuáles son los puntos en los que hay más discrepancias en el sector sobre el proyecto de Ley Financiera?
R. En la regulación de las cuotas participativas. Algunas cajas ven aún un peligro en este instrumento como vía para privatizar el sector. Por ello es por lo que creo que no sería malo que hubiese un consenso generalizado para aprobar la ley y garantizar que lo que estamos haciendo es sólo abrir una vía para reforzar los recursos propios de las cajas.
P. ¿Pero existe a corto o medio plazo algún problema de solvencia para las cajas?
R. Hemos hecho un análisis en profundidad de la evolución de los recursos propios de las cajas, y todo parece indicar que no hay ningún peligro en un marco de cinco años. Pero, cuando mejor se regula, es cuando uno no se ve apretado por el problema ya. Por eso éste sería un marco perfecto para regular las cuotas participativas, porque no tenemos ninguna urgencia, pero sí sabemos que de continuar así en algún momento puede haber un costo serio para las cajas. Ahora no me importa la regulación de las cuotas porque ninguna fuerza política quiere modificar la naturaleza jurídica de las cajas. Si más adelante hay que abrir esa regulación, no podemos saber cómo estará el panorama político y alguien podría aprovechar para pretender cambiar la regulación de las cajas y modificar su naturaleza jurídica.
P. Como nuevo presidente de la CECA, ¿va a realizar cambios en la confederación?
R. En los últimos cuatro años la CECA ha duplicado sus servicios de mercado. En año y medio hemos revisado toda el área de servicios. El año que viene nos replantearemos también cómo estructurar mejor nuestras funciones como lobby.
P. ¿Se separará CECA servicios de CECA asociación?
R. No. No hay dos CECA distintas, no se entendería una sin la otra. Pero se puede hacer más de lo que hemos hecho en la labor de conexión con las fuerzas parlamentarias europeas. Es un proceso de desarrollo que creo que las cajas valoran extraordinariamente y creemos que se puede hacer mucho. Por eso nos lo tenemos que plantear.
P. Las cajas están tomando el relevo a los bancos en la toma de participaciones industriales, ¿ están preparadas para asumir estos riesgos?
R. No puedo decir porque los bancos están vendiendo, pero las cajas están comprando participaciones empresariales a precios no imaginables hace años. Están tomando posiciones en empresas muy importantes que nadie cuestiona. Son grandes compras realizadas hoy que serán objeto de grandes plusvalías el día de mañana.
'El sector debe prepararse para competir con SCH y BBVA'
El presidente de la CECA cree que 2002 es un año difícil para el sector, pero asegura que los resultados de las cajas serán 'satisfactorios'. Aunque matiza que en los tres últimos años las cajas y los bancos medianos han ganado cuota de mercado gracias a la fusión de los dos grandes bancos, el SCH y el BBVA. 'No cabe pensar que las cajas seguirán arrebatando cuota a los bancos ilimitadamente'. Por ello advierte que las cajas 'deben prepararse para competir con los grandes bancos en dos o tres años'.
Cree que la mala imagen de la banca española es puntual y se está generalizando, asuntos muy concretos, y reconoce que esta imagen 'no favorece a nadie'. Defensor de las alianzas, ve aún muy lejanas las fusiones interregionales, 'aunque con la nueva ley disminuye las dificultades, aún no se ha encontrado la piedra filosofal para que se lleven a cabo estas uniones sin que las cajas involucradas pierdan identidad territorial'.
A pesar de que no todas las cajas comparten la necesidad de limitar al 50% el peso público en las cajas, dice que con este tope 'se elimina el riesgo de que se conviertan en el instrumento de los Gobierno autónomos para el desarrollo regional'. Su conocimiento del sector le hace afirmar que la gran expansión de las cajas 'ha comenzado a estabilizarse, porque ya están bancarizados prácticamente todos sus territorios. Las cajas que querían tener ámbito nacional casi han finalizado sus proyectos y las que sólo querían tener presencia en su región ya han colonizado sus territorios. La expansión masiva ha terminado'.
Descarta tensiones en el consejo de la CECA, 'las relaciones son extraordinarias. En alguna ocasión ha surgido algún chispazo entre las cajas de mayor tamaño y las más pequeñas fuera de la CECA, pero hay que recordar que las cajas compiten unas con otras ferozmente'.