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La enoteca

Sol, mar y vinos

El destino preferido por miles de europeos es, además, tierra de vinos. Con un largo pasado vitivinícola, sus tierras del interior generan un marcado carácter autóctono

Mallorca, la mayor isla del archipiélago Balear, goza de una situación geográfica privilegiada, bañada por el mediterráneo y con un clima suave. Esta condición, unida a su riqueza de contrastes naturales, la convierte en un destino turístico de sol y playa. Sin embargo, cada vez son más los valores que esta isla nos acerca, entre los cuales se encuentra la tradicional actividad vinícola.

La comarca de Binissalem Mallorca está situada en pleno interior de la isla, comprendiendo los términos municipales de Santa María del Camí, Binissalem, Sencelles, Consell y Santa Eugenia, ordenados de mayor a menor extensión de viñedos. Protegida por las sierras de Tramuntana y Alfabia, de los fríos vientos septentrionales, el microclima creado en esta región vinícola se caracteriza por unos veranos calurosos y secos y unos inviernos cortos, con una precipitación media anual cercana a los 450 mm. El terreno sobre el que se asienta la vid es rico en material calizo, dando lugar a suelos pardos o pardo-calizos sobre su relieve suave. La viña se encuentra a una altitud sobre el nivel del mar comprendida entre los 75 y los 200 metros. Con estas condiciones climáticas y de terruño, los 145 viticultores de la zona cultivan una superficie de viñedo -inscrito a la denominación- de casi 400 hectáreas.

La historia del vino nos cuenta que ya se produjeron buenas cosechas en Binissalem allá por el siglo XV, aunque su mayor prosperidad llegó a finales del siglo XIX, cuando la filoxera hacía estragos en el continente. Francia acude al viñedo mallorquín y la viña se extiende rápidamente por la isla (llegando a alcanzar las 30.000 hectáreas), dando respuesta a esta creciente demanda. La previsible invasión filoxérica llega también a la isla, mientras Francia repuebla sus viñas con pies americanos resistentes a dicha plaga. Estas dos condiciones acaban con el viñedo mallorquín, que queda reducido a principio del siglo XX a unas 5.000 hectáreas.

A pesar de la dilatada tradición vitivinícola de la comarca de Binissalem, la categoría de denominación de origen no se adopta hasta 1990, estableciéndose así unos parámetros estrictos de control desde la viña hasta el embotellado. Por lo que se refiere a las variedades viníferas, las principales son las autóctonas manto negro en tintas y moll o prensat blanc en blancas. Junto a ellas, otras variedades autorizadas como callet, tempranillo, monastrell, cabernet sauvignon, macabeo, parellada, chardonnay y moscatel.

El Consejo Regulador impone una conservación del carácter autóctono de sus vinos, para lo que establece el uso de la variedad manto negro en una proporción mínima del 50% para la elaboración de los tintos y la moll o prensat blanc en un 70% para los blancos y espumosos. Manto negro es una cepa de porte erguido y grano grande, con una uva rica en azúcares y aromas que proporciona vinos de intensa coloración, cálidos y aterciopelados. En cuanto a la autóctona moll, da lugar a unos blancos de marcado carácter frutal, de color amarillo pajizo, muy buena estructura e intensos aromas. También están amparados por la denominación los vinos tipo muscat o moscatel, que pueden ser secos o dulces. Los plazos para el envejecimiento de sus vinos se estipulan en seis meses en roble y un total de 24 meses para los crianza; 12 meses en barrica y un mínimo total de crianza de 36 para la categoría de reserva y 24 meses en roble y un total de 36 meses de envejecimiento para los gran reserva.

Macià Batle Tinto Crianza 1999

 

Moderna bodega construida por una familia de viticultores de larga tradición. Cuentan con un viñedo de 60 hectáreas para la producción de sus propios vinos, con cepas de más de 25 años de edad. Este tinto presenta en cata un color rojo cereza-guinda con suave ribete teja, vivo y brillante. En nariz muestra una buena intensidad aromática marcada por notas especiadas y balsámicas, recuerdos de monte bajo y matorral mediterráneo y fondos de madera ahumadas y tostadas. En boca se muestra carnoso y con un buen esqueleto, taninos en vías de integración tapizan su paso de boca; buena persistencia final marcada por notas especiadas. Acompañará los pichones con castañas y tordos con col, platos típicos de la isla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: Macià Batle. Crianza: 10 meses en roble americano y francés. Variedades: manto negro y callet. Cosecha: 1999 -muy buena-. Temperatura de servicio: 18º C. Precio aproximado en bodega: 6 euros.

Hereus de Ribas Tinto Crianza 1999

 

Largas maceraciones y todo un año de contacto directo con el roble americano para un vino característico de esta zona vinícola isleña. Un tinto color rojo cereza picota muy madura con ribete granate, muy cubierto de capa. En la fase olfativa aparece concentrado, maduro y con complejidad. En boca se muestra sabroso, carnoso y potente, con taninos expresivos y gran viveza. Por vía retronasal permanecen largamente notas tostadas y de cerezas. Este vino acompañará los platos típicos mallorquines como la gallina en salsa de granada y el lomo de cerdo con col.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: Herederos de Hermanos Ribas. Cosecha: 1999 -muy buena-. Crianza: 12 meses en barrica de roble americano. Variedades: 72% manto negro, 16% cabernet sauvignon y 12% tempranillo. Cosecha: 1998 -muy buena-. Temperatura de servicio: 17º C. Precio aproximado en bodega: 8,35 euros.

Veritas Tinto Reserva 1998

 

José L. Ferrer es la bodega más grande de la DO. Su línea Viña Veritas se encuentra en las mejores cartas de la restauración. De la añada excelente del 98 ofrecen una limitada producción de Veritas Reserva, procedentes de viñas de más de 15 años de edad y con una crianza de 9 meses en roble americano seguida de otros 6 en roble francés Allier. El vino presenta un atractivo color rojo cereza picota madura con ribete granate. En la fase aromática despliega elegantes notas de reducción, más tarde aparecen recuerdos de hollín y humo, todo ello sobre un sutil fondo especiado. En boca es de cuerpo medio, mostrando un tanino expresivo y vivo que le confiere carnosidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bodega: José L. Ferrer. Crianza: 15 meses en barrica de roble americano y francés. Cosecha: 1998 -excelente-. Variedades: 60% manto negro, 10% tempranillo y 30% cabernet sauvignon. Temperatura de servicio: 18º C. Precio aproximado en bodega: 14 euros.

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