Revista de Prensa
Salsa de perejil
La decisión de Marruecos de desembarcar 12 soldados en Leila (....) fue un error. Pero la reocupación de España por la fuerza de una roca llena de cabras llamada isla del Perejil es un disparate. El conflicto llega cuando España y Gran Bretaña están muy cerca de un acuerdo para compartir la soberanía de una roca mucho mayor y habitada: Gibraltar. España (...) no ha entendido que la situación plantearía cuestiones sobre sus posesiones, igualmente anacrónicas, en el norte de África (...). Al expulsar a los soldados marroquíes de la isla Perejil, Aznar ha anulado la posibilidad de que Marruecos defienda sus reivindicaciones por los canales civilizados y diplomáticos. Es una vergüenza. Europa no necesita nuevos roces con el mundo árabe. El movimiento de Marruecos (...) no fue un acto amistoso. Pero Aznar debería haber sido más sabio. Enviar fuerzas especiales a asaltar una isla que no tiene interés estratégico quizá haya salvado el orgullo de este primer ministro castellano, pero no es útil a largo plazo ni para España ni para Europa.
Financial Times. Londres
Los extremos peligrosos del Mediterráneo
La disputa entre Marruecos y España (...) es sólo la última entrega de más de un año de relaciones deterioradas (...). Incluso, si la UE siente la necesidad de entrar en acción con el comunicado, 'la Comisión Europea está dispuesta a actuar para facilitar el diálogo', la frase sólo deja claro que Marruecos es demasiado importante como para ignorarlo. Es como Turquía, el otro país musulmán. (...), pro occidental y puerta del Mediterráneo. Son a Europa lo que México es a Estados Unidos: países en vías de desarrollo fuertemente vinculados a su rico vecino por la economía y la inmigración.
The Wall Street Journal. Bruselas