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Crisis con Marruecos

Las empresas se plantean desviar las inversiones hacia otros países de la zona

Los empresarios españoles con intereses en Marruecos vivían ayer una jornada de tensa calma, pero en un ambiente generalizado de tranquilidad. 'De momento no pasa nada. Las empresas no tienen ningún problema y los empleados siguen trabajando con tranquilidad', afirmaba Joan Canals, presidente del Grupo Pulligan Internacional y uno de los muchos inversores catalanes del sector textil que han abierto centros de producción en el país magrebí.

Esta opinión, que refleja el sentir mayoritario de las casi 900 empresas españolas instaladas en el reino norteafricano, pertenecientes a casi todos los sectores productivos, era también corroborada ayer por el director general de Comercio e Inversiones del Ministerio de Economía, Luis Cacho, quien insistía que 'todas las empresas con las que hemos contactado nos han trasladado que operan con normalidad y no han notado ningún tipo de hostilidad administrativa ni en la población marroquí'.

En contacto permanente con los empresarios y las oficinas comerciales de España en Rabat y Casablanca, Luis Cacho ha comunicado a unos y a otros 'la intención del Gobierno español de buscar una normalización de relaciones lo antes posible'.

Pero si no hay miedo respecto a las inversiones realizadas, entre la mayor parte de los empresarios consultados sí existe una mayor desconfianza hacia las relaciones de futuro. Primero, por el convencimiento mayoritario de que 'Francia es, de momento, el principal beneficiario de la crisis hispano-marroquí y sus empresas están tomando una posición todavía más privilegiada en el país'. Y en segundo lugar, porque las tensiones de los últimos meses están haciendo que los empresarios españoles empiecen a replantearse sus inversiones futuras en Marruecos para desviarlas hacia otros países del Mediterráneo, como Túnez, o hacia Europa del Este'. De hecho, las inversiones españolas en este país cayeron ya un 77% en 2001 y este año se mantiene la tendencia.

Transporte y turismo

De preocupación era también el mensaje que transmitieron ayer al ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, los representantes de las empresas de transporte de viajeros, quienes señalaron que, aunque el paso del Estrecho funciona con normalidad, 'se están anulando muchas reservas de plazas de agencias de viajes'. 'Además, empresas españolas de transporte urbano e interurbano implantadas en Marruecos, como Alsa o Juliá, se están viendo también afectadas'.

Una opinión que contrastaba con las palabras pronunciadas también ayer por el secretario general de Turismo, Juan José Güemes, para quien los últimos acontecimientos en Marruecos no están teniendo 'ningún impacto' en el turismo español. E insistió en que Marruecos es uno de los 'destinos que con más fortaleza se está comportando en 2002'.

Por lo que respecta a las organizaciones de representación empresarial, el mensaje común apostaba por una rápida normalización de relaciones. Si el miércoles era el presidente del Comité Hispano-Marroquí de CEOE, José Miguel Zaldo, quien aseguraba que 'por mucho que se empeñen los políticos de ambos lados el avance de las relaciones entre España y Marruecos es irreversible e imparable, ayer desde el Consejo Superior de Cámaras de Comercio se insistía en la necesidad de que 'las relaciones entre Marruecos y España vuelvan a la total normalidad lo antes posible', aunque sus máximos responsables advertían también que 'la incidencia de la actual situación sobre las empresas españolas depende, directamente, de la intensidad y duración de la crisis'. En cualquier caso, afirman que 'lo más conveniente para cualquier empresa es que el entorno político y económico sea estable. Nuestros países están obligados a entenderse y por ello creemos necesario recuperar cuanto antes el diálogo diplomático'.

Por su parte, el Círculo de Empresarios Vasco expresaba su 'enorme preocupación' por el 'progresivo deterioro' de las relaciones, y su presidente, José María Vizcaíno, se sumaba a la opinión de los que defienden que debe alcanzarse 'un acuerdo negociado' sobre la isla Perejil.

Riesgo político del primer cliente y receptor de inversión en África

 

 

Una de las preocupaciones que afectaban ayer a los empresarios españoles con intereses en Marruecos, ante la posibilidad de un alargamiento de la crisis, era la falta de cobertura de riesgo político en el seguro de sus operaciones comerciales y de inversiones en el país magrebí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La normalidad de las relaciones bilaterales en los últimos años hace que la inmensa mayoría de las pólizas suscritas sólo cubran el riesgo comercial, motivo por el cual el grupo federal de comercio exterior del PSOE está estudiando la presentación de iniciativas parlamentarias para reducir el riesgo de las inversiones y que los empresarios instalados en Marruecos puedan ampliar, con carácter retroactivo, la cobertura de sus pólizas del seguro de crédito de Cesce.

 

 

 

 

 

 

 

Marruecos es el décimo cliente mundial de España y el primero en África, con unas ventas por valor de 1.503,89 millones de euros en 2001. En sentido contrario, Marruecos es nuestro 26 proveedor, aunque sus ventas hacia España tuvieron un fuerte crecimiento del 26,6% el año pasado, hasta 1.221 millones de euros, tendencia que continuaba durante los cinco primeros meses de este año.

 

 

 

 

 

 

 

En el capítulo de inversiones, España es el segundo inversor extranjero en Marruecos, después de Francia, y allí están instaladas desde las multinacionales como Telefónica, Endesa, Repsol YPF o Cepsa, hasta los grandes bancos como BBVA y SCH, además de multitud de pymes, especialmente en los sectores de alimentación y manufactureros.

 

 

 

 

 

 

 

Las inversiones españolas acumuladas en el país norteafricano durante los últimos cinco años superan los 238,74 millones de euros, aunque en el último ejercicio registraron una fuerte caída del 77%, coincidente con el inicio de las tensiones diplomáticas.

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