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Conflicto

Las tabacaleras se enzarzan en una guerra de precios por los cupos

La compañía pública Cetarsa y las multinacionales Agroexpansión, World Wide Tobacco España (WWTE) y Taes, que controlan el mercado de la primera transformación en España, han librado este año una guerra de precios hasta ahora desconocida por hacerse con los cupos de tabaco, en poder de los productores.

Según fuentes del sector, alguna empresa ha llegado a ofrecer esta campaña -el periodo de contratación finalizó el pasado 30 de junio- hasta cerca de un euro por kilo, lo que supone en torno a un 60% más que la media de los últimos años.

Uno de los principales cultivadores de la provincia de Cáceres y directivo de una agrupación de productores achaca este súbito frenesí competidor a la investigación que siguen las autoridades europeas contra las industrias por prácticas restrictivas de la competencia.

Entre los productores está extendida la creencia de que las transformadoras -que procesan los 42 millones de kilos que corresponden a España- tenían un pacto de no agresión y un acuerdo para no subir precios.

Este cruce de ofertas a los cultivadores entre las compañías ha provocado que alguna de las agrupaciones de productores trasvasen parte o todo su cupo de una a otra transformadora. Es el caso de Tabaco de Cáceres, cuyos 484 socios suman 3,5 millones de kilos. Esta cooperativa ha decidido dejar de entregar la cosecha en Cetarsa, WWTE y Taes y trasladarla en bloque a Agroexpansión.

Los responsables de esta agrupación justifican la medida por criterios puramente económicos. Por otro lado, Ibertabaco (1.072 cultivadores y un cupo de nueve millones de kilos) seguirá vendiendo su producción a Cetarsa y WWTE, como lo venía haciendo, pero la multinacional procesará 1,8 millones de kilos que antes transformaba la empresa pública.

Con estas dos operaciones, Cetarsa ha perdido casi tres millones de kilos de tabaco para esta campaña, lo que supone un 10% del total de la compañía.

Este hecho ha alimentado los rumores de que la disminución de la contratación con la empresa pública no es casual y obedece a una estrategia para restarle actividad, con lo que se conseguiría que la SEPI redujera aún más su plantilla e hiciera a Cetarsa más atractiva ante una eventual privatización.

Tanto Ibertabaco como Tabaco de Cáceres subrayan que únicamente han atendido la mejor oferta y que sólo les mueve 'ganar un duro más para sus agricultores', pero ninguna quiere hablar de cifras. El 85% del tabaco español se cultiva en Extremadura.

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