Consolidar el déficit cero y reformar los mercados, ejes de la política económica
En medio de rumores sobre la crisis de Gobierno, el presidente, José María Aznar, compareció ayer ante banqueros y empresarios para anunciar las líneas maestras de lo que será su política económica durante los dos años que le quedan de legislatura.
Según Aznar, el Ejecutivo se centrará 'en la estabilidad presupuestaria y reformas estructurales', según afirmó en un discurso pronunciado en el acto de clausura del II Encuentro Financiero Internacional, organizado por Caja Madrid y The Economist.
'Cualquier iniciativa que cuestione el Pacto de Estabilidad es poco acertada', declaró. Aznar defendió la austeridad presupuestaria como uno de los 'pilares' que han permitido la consolidación del crecimiento económico y la creación de empleo estable. 'El déficit cero no es un capricho, es una necesidad si se quiere crecer de forma estable', destacó. Para consolidar el equilibrio, deberá abordar en 2003 la reforma de la Seguridad Social.
Así, según el presidente, gracias a esta política de estabilidad se ha reducido en un 38% el gasto público y se ha contraído la deuda nacional de casi el 80% al 50% del PIB. Las declaraciones del presidente contrastan con las críticas vertidas hacia el Pacto de Estabilidad desde las Administraciones de Alemania, Francia, Italia y Portugal.
Aznar, por ello, realizó un 'diagnóstico positivo' de la economía española y se mostró 'abiertamente optimista' sobre la recuperación en los próximos meses, y aseguró que España cerrará este año con un crecimiento del 2,5%.
El presidente recordó que España 'no ha entrado en crisis', sino que simplemente ha registrado un crecimiento menor que en los últimos años, que 'mejorará' en este semestre, frente al primero, en el que se registró un avance del 2%.
El jefe del Ejecutivo destacó que las reformas estructurales constituyen 'el segundo pilar' del crecimiento del país. Estas reformas se centrarán en el ámbito tributario y la liberalización de los mercados. En el campo fiscal, el presidente adelantó que la nueva reforma del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), actualmente en trámite parlamentario, permitirá una rebaja media del 11% en los impuestos, y hasta del 33% para los contribuyentes con rentas más bajas. En cuanto a la liberalización de los mercados, la apertura del sector energético, que además necesitará el consenso de los Gobiernos de los Quince, es, sin duda, uno de los retos económicos más importantes de los dos próximos años, en cuyo calendario se consiguieron tímidos avances en el semestre de presidencia española de la UE.
Asimismo, la culminación de la liberalización en las telecomunicaciones continúa siendo una de las principales demandas de las empresas del sector, que incluso culpan a la situación actual del mercado de sus nefastos resultados económicos en el último ejercicio. También, el transporte aéreo, ferroviario y marítimo se encuentran pendientes de un nuevo impulso liberalizador que permita a las empresas operar bajo criterios de libre competencia.
Y por último, el suelo, donde Aznar ha recordado que es imprescindible que todas las Administraciones consensúen un nuevo marco de actuación que frene la actual escalada alcista del precio de la vivienda.