Los bancos acreedores rechazan el plan de saneamiento de Babcock

Los últimos intentos para rescatar al deficitario fabricante alemán de maquinaria Babcock Borsig fracasaron ayer estrepitosamente por la negativa de los bancos a aceptar el plan de saneamiento. Wolfgang Clement, presidente del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, donde se encuentra la sede de la compañía, confirmó que las negociaciones no dieron resultado por la desconfianza de cuatro de las entidades acreedoras al nuevo proyecto de reestructuración. 'Los bancos consideran que un proceso de insolvencia aporta más seguridad', afirmó el político socialdemócrata, que intervino personalmente en las conversaciones. La firma, por lo tanto, seguirá adelante con la declaración de insolvencia presentada el pasado viernes. En el aire está el destino de los 22.000 empleados de la compañía, 13.000 de los cuales trabajan en Alemania.

Clement dijo que el Gobierno de Renania del Norte-Westfalia seguirá pendiente del caso y formará un grupo de trabajo para sanear la empresa. Por otra parte, confirmó que el grupo inversor estadounidense One Equity Partners está interesado en cooperar en las áreas de energía, medio ambiente y servicios del grupo, así como en adquirir la filial estadounidense de Babcock Borsig, lo que podría proporcionar un pequeño respiro a la deficitaria empresa.

La situación de quiebra no afectará de momento a la filial española del constructor de maquinaria. Un portavoz de Babcock Borsig España confirmó que esta compañía cuenta con liquidez y recursos propios suficientes para mantener su actividad normal, pese a la declaración de insolvencia de la casa matriz.

Según fuentes del sector, Babock Borsig podría acumular una deuda de hasta 840 millones de euros, 100 millones más de lo que se pensaba inicialmente, si bien la compañía ha rehusado confirmar este dato. La suspensión de pagos del fabricante de maquinaria es la cuarta gran quiebra empresarial que sufre Alemania en lo que va de año.