El BPI destaca la "inesperada resistencia" del sistema financiero mundial
El Banco de Pagos Internacionales ha destacado en su informe anual (abril 2001-marzo 2002), publicado hoy en Basilea, la "inesperada resistencia" de la economía y el sistema financiero mundial a los acontecimientos igualmente "inesperados" del último año.
Tomados individualmente, las continuas correcciones de los valores bursátiles, los atentados del 11 de septiembre, la guerra contra el terrorismo, la quiebra de Enron, el colapso del sistema de paridad dólar-peso argentina o el conflicto Oriente Medio podrían haber tenido efectos colaterales desagradables. Juntos, su impacto acumulativo podría haber sido mucho más grave. Según ha explicado el BPI, estos sucesos se produjeron, además, en medio de una desaceleración económica que pareció en algún momento que iba a ser aún peor. "Si se compara con lo que podría haberse lógicamente esperado, lo sorprendente es lo bien que resistió el sistema. En lugar de contraerse, la economía mundial parece haber comenzado una nueva expansión, y son los EEUU los que parecen estar a la cabeza pese a los desequilibrios que se aprecian", señala el informe.
A la resistencia del sistema contribuyó de modo significativo el alto nivel de gastos del consumo privado, impulsado en muchos países por el incremento del precio de la vivienda, señala el BPI, que agrega que los mercados financieros demostraron también firmeza y el crédito siguió fluyendo libremente aunque resultó más caro para algunos clientes de mayor riesgo. Otro motivo de esa evolución favorable fue la fuerte flexibilización de las políticas monetarias y fiscales en las economías industriales y emergente, según apunta el banco en su informe.
También parecen dar fruto los "años de esfuerzos destinados a fomentar la estabilidad financiera ya que los participantes en el mercado cada vez han aprendido a calcular y controlar mejor los riesgos. El BPI advierte, sin embargo, contra la tentación de echar las campanas al vuelo; dice que es posible que muchos de los "impactos" del año pasado tengan consecuencias más duraderas, y señala, en relación con la quiebra de Enron y otras similares, que un efecto ya evidente es la pérdida de la confianza en la información del mercado y en la gente.