Deutsche Telekom, bajo presión
El presidente de Deutsche Telekom, Ron Sommer, se encuentra entre la espada y la pared. En marzo del 2000, se jactó de que la compañía que dirigía gozaba de una capitalización bursátil de 300.000 millones y ahora ronda los 40.000 y tiene una deuda de 67.300 millones.
Por una lado, está la presión política. Según algunas personas próximas a la empresa, despedir a Sommer supondría para Schröder ganar las elecciones. El principal rival de Schröder en las elecciones, Edmund Stoiber, criticó la decisión de los consejeros de Deutsche Telekom de subirse el sueldo un 89%.
Pero éste no es el único problema, existen más de tres millones de votantes poseedores de acciones de la empresa que han visto cómo el título ha perdido muchísimo valor con la política de Sommer.
Además, el beneficio bruto operativo del negocio de telefonía fija, T-Com, cayó un 16,7% en el primer trimestre.
Tanto Moody's como Standard & Poor's han advertido que quieren ver una mejora de su ratio de deuda este año, ya que en 2003 tiene que refinanciar 7.200 millones.
Una alternativa bastante radical sería la venta de división de servicios de IT (fruto de la fusión con Debis SystemHaus) y la venta de parte de T-Online.
Mientras Sommer se quede, dos iniciativas están vetadas: la venta de VoiceStream y una ampliación.