La divisa común europea apenas reaccionó a los indicadores
El euro osciló ayer sin demasiada convicción, en una jornada marcada por la publicación de indicadores económicos bastante pobres en la zona euro. El BCE fijó el tipo de cambio oficial en 0,9790 dólares, frente a los 0,9762 a los que abrió la sesión en Francfort.
A media mañana, el euro se vio impulsado tímidamente al alza por la subida de los pedidos industriales alemanes durante el mes de mayo (3,1% más).
Sin embargo, el aumento de pedidos estuvo impulsado exclusivamente por las ventas en el exterior (que aumentaron un 9,6%), mientras que la demanda nacional cayó un 2,3%.
El canciller Gerhard Schröder hizo declaraciones optimistas sobre las perspectivas de crecimiento de la economía alemana (0,75% este año y 3% en 2003), pero reconoció que las cifras de paro de junio serán peores que las de mayo.
Según expertos citados por el diario Bild, el paro alcanzó en junio los 3,93 millones de personas, 230.000 más que en el mismo mes del año anterior, informa Paula Gil. En comparación con el mes anterior, el paro se redujo, sin embargo, en 20.000 personas.
El diario Bild, que suele adelantar cada mes con acierto las cifras de desempleo de la principal economía de la eurozona, apunta que se trata del peor dato en un mes de junio desde hace tres años. Añade que, por primera vez en este año, el paro ha crecido también en los Estados federados del sur del país (Baviera y Baden-Württemberg), tradicionalmente ricos y con escasos problemas laborales.
Destrucción de empleos
El panorama laboral también empeora en Italia. El instituto estadístico Istat informó ayer que las grandes empresas italianas suprimieron 31.600 empleos en abril. Continúa así un declive progresivo que se ha mantenido durante todo lo que va de año.
Por sectores, se registró una disminución del empleo del 10,3% en las empresas de energía eléctrica, gas y agua y del 3,1% en las manufactureras.