Qiagen se desploma al rebajar un 40% su meta de beneficios para 2002

Las expectativas no se cumplen y, a veces, como en el caso de la biotecnológica holandesa Qiagen, están muy lejos de la realidad. Los títulos de esta compañía retrocedieron ayer un 31,5% en el Neuer Markt alemán (también cotiza en el Nasdaq estadounidense) tras anunciar que espera un beneficio por acción en 2002 de 0,23 dólares. La meta anterior de Qiagen era de 0,38 dólares por título, lo que representa un recorte en las estimaciones del 40%.

Pero la drástica rebaja en las previsiones de ganancias no es la única razón que ha impulsado a los inversores a huir despavoridos de esta compañía. El mercado no ha ignorado que el auditor de Qiagen en los últimos ejercicios ha sido la apestada Arthur Andersen, auditora de Enron. La compañía anunció a principios de esta semana que reemplazaba a esta firma por Ernst & Young, pero el recelo del mercado se ha vuelto contra Qiagen a pesar de que los analistas no ven indicios de artimañas contables en una de las pocas biotecnológicas europeas rentables.

Las razones del desplome, cuentan los expertos, hay que buscarlas en la drástica caída del gasto farmacéutico en EE UU, un mercado que representa el 25% de las ventas de Qiagen. La firma holandesa es uno de los líderes mundiales en la elaboración de equipos para purificar el ADN, utilizados por la industria farmacéutica para elaborar distintos medicamentos. Las acciones de Qiagen cerraron ayer en 7,11 euros, el precio más bajo desde diciembre de 1998.