El primer imputado en la trama de Hacienda alega errores informáticos
El inspector Álvaro Pernas, implicado en la trama de corrupción descubierta en la delegación de Hacienda de Barcelona, que desde ayer se juzga en la Audiencia de la capital catalana, atribuyó a errores informáticos las irregularidades cometidas en la inspección de la empresa Metro-3. A pesar de haber defraudado más de 2,7 millones de euros, la empresa pagó al fisco tan sólo 48.000 euros.
Pernas, que ingresó en prisión en enero del año pasado, está acusado de los delitos de soborno, prevaricación y falsedad, cargos por los que el fiscal pide 14 años de prisión. Se le acusa también de evadir de España bienes embargados y esconder en un despacho expedientes tributarios de empresas importantes. En total, hay media docena de inspectores tributarios acusados de favorecer a empresas como Metro-3, Núñez y Navarro, Torras o Ibusa.
La fiscalía acusa a Pernas de reclamar 360.000 euros a Metro-3 a cambio de 'arreglar' su situación tributaria. Pernas reconoció que el acta de inspección estaba 'plagada de errores', pero los atribuyó a su 'torpeza' con los ordenadores y su desconocimiento del nuevo programa informático implantado en la delegación de Hacienda. En todo momento negó la existencia de pactos o sobornos con el constructor. Respecto a la desaparición de documentos relacionados con esta inspección, afirmó que 'pasaron por muchas manos' y se extraviaron de forma 'involuntaria y casual'.
La vista continúa hoy en la Audiencia de Barcelona.