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La última

El fútbol pierde el partido frente a los mercados

Brasil despertó el lunes de la fiesta que ha supuesto la conquista de su quinto título en el Campeonato Mundial de Fútbol a ritmo de samba. Mientras en la calle continuaba el festejo, las repercusiones del triunfo deportivo en la Bolsa y sobre el real no pudieron con el nerviosismo electoral. La Bolsa bajaba un 1,26% mientras que el real se debilitaba a 2,855 por dólar frente al cierre del viernes de 2,820 unidades por dólar. En materia económica, el sabor especial se detectó en aquellas empresas brasileñas que hicieron elevadas apuestas por la victoria. Compañías de los más variados sectores celebraron las inversiones destinadas a publicidad y negocios relacionados con el fútbol. Sólo el sector de la comunicación registrará unas ventas de 353 millones de euros gracias al torneo. En Alemania, los expertos consideraron que una hipotética victoria hubiera resultado muy beneficiosa para el euro.

El trofeo no tiene precio para hinchas y jugadores, pero se trata de una pieza de oro de 18 quilates con un valor de unos 60.000 euros, y está asegurado por 250.000. Sin embargo, pese a toda la reverencia que despierta la estatua de 36 centímetros, el símbolo no ha sido tratado siempre con el mayor de los respetos. El original estuvo guardado en una caja de zapatos, fue robado dos veces y también fundido. Versiones más actuales se han caído, dañado y viajado en bolsas de gimnasia.

Para protegerlo de nuevos avatares se creó una copia bañada en bronce. Brasil ha recibido el trofeo real por tres años y medio, pero la FIFA, el organismo rector del fútbol, le da una réplica para que lo guarde y espera que el original le sea devuelto seis meses antes de la próxima Copa del Mundo.

Los trofeos de la Copa del Mundo han sido robados a lo largo de los años. El original fue sustraído dos veces. Bautizada con el nombre del tercer presidente de la FIFA, y principal impulsor del torneo, la Copa medía 25 centímetros, pesaba 3,8 kilos y estaba hecha de plata bañada en oro, con piedras semipreciosas.

Italia ganó el título en 1934 y 1938 y lo tenía en su poder cuando empezó la Segunda Guerra Mundial en 1939. Entonces el vicepresidente de la FIFA, Ottorino Barassi, lo mantuvo escondido bajo su cama en una caja de zapatos. Tres meses antes de la Copa Mundial de 1966 en Inglaterra, el trofeo se robó en una exhibición. El siguiente robo ocurrió en 1983, cuando Brasil se hizo con la Copa.

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