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Copias

El 65% de las marcas de éxito tienen réplica falsa en menos de un año

La Asociación Nacional de Defensa de la Marca, que colabora mañana en la organización en España del Día Mundial Antifalsificación y que depende del Consejo Superior de Cámaras, denuncia que España es el tercer país europeo con mayor volumen de falsificación de productos industriales.

Según datos de Andema, el 65% de los productos y marcas que tienen éxito en el mercado son falsificados en menos de un año. Los sectores más afectados por estos delitos, afirma la asociación, son el textil, la juguetería, repuestos de automóvil, cosméticos y perfumería, alimentación, relojería y joyería, y marroquinería.

Una encuesta reciente elaborada por Andema revela que, si en 2000 el 34% de las mercancías con marca falsa se distribuyó en tiendas legales, ese porcentaje cayó durante el año pasado a la mitad, relegando el 75% de las ventas de productos falsos a los mercadillos. Los puestos ilegales dan salida al 42% de esos productos, mientras los legales venden el 33% de ellos. En las grades superficies y los supermercados se distribuye el 16% restante.

Según la asociación, la disminución de la venta de objetos falsos en tiendas legales se ha producido gracias al creciente esfuerzo de los cuerpos policiales y aduanero, y a la labor de la comisión interministerial formada por Cultura, Ciencia y Tecnología, Interior, Justicia, Hacienda, Sanidad y Agricultura.

El 83% de los encuestados por Andema afirmó que elige una determinada marca porque asume que ofrece alta calidad, y un 63% dice que la marca conocida le proporciona una relación calidad-precio provechosa, ventajas que le son escamoteadas al consumidor cuando compra una falsificación. La alimentación es el sector donde, según la encuesta, los compradores prestan mayor atención a la marca.

El 48% de las empresas considera que el mayor perjuicio ocasionado por estos delitos es el deterioro de su imagen, mientras que el 24% asegura que los daños son sobre todo económicos. Entre 1985 y 1990 las falsificaciones eran artículos de lujo o con alto valor añadido, y se fabricaban de manera artesanal. En los siguientes cinco años se produjo un cambio hacia la falsificación de productos de consumo masivo pero de calidad, sobre todo en el sector textil. Y, en los últimos años, han aparecido falsificaciones de todo tipo de productos y se ha producido la entrada en el negocio de grandes redes de delincuencia organizada.

Soledad Rodríguez, secretaria general de Andema, explicó ayer que la Comisión Europea está preparando una nueva directiva sobre este tipo de delitos, con el objetivo de armonizar las sanciones mínimas en todos los Estados miembros, algo imprescindible en un espacio de libre comercio.

Rodríguez afirma que el contenido de esa nueva norma debe hacerse público cuanto antes para que la sociedad civil pueda hacer sus aportaciones rápidamente, dada la gravedad del problema. Además, señaló, la creciente preocupación política por la piratería se ha producido gracias a la presión de las asociaciones de protección a los derechos de autor, que han avisado de que industrias enteras, como la musical, están en peligro.

Rodríguez insiste en recordar que aunque el término piratería se emplea habitualmente para referirse a la violación de derechos de autor literarios, gráficos o musicales, la falsificación de productos y marcas industriales es una forma de piratería igual de grave.

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