Gangas de hoy, de ayer y de mañana
Uno de los argumentos más escuchados en la sesión de ayer fue el relativo a la caza de gangas emprendida por las instituciones después de los varapalos fabulosos que han soportado las acciones en las últimas cinco semanas. Otro, que el mercado necesita ahora unos días de mejora y de consolidación para que el inversor final entre en juego y dé mayor consistencia a los índices.
La perorata, por tópico, no convence a los analistas más fríos del mercado del mismo modo que no convenció la subida con garra aparente del lunes de la semana pasada. Los dientes de sierra son tan viejos como la Bolsa misma, porque nunca se producen movimientos unidireccionales eternamente. El juego de la Bolsa, la riqueza y la pobreza consisten en moverse con soltura en los altibajos de los índices.
La cantinela no es nueva, asimismo, en las salas de operaciones. Si volvemos a escuchar las recomendaciones que hacían los denominados expertos unos 2.000 puntos atrás de Ibex, podremos comprobar que se argumentaba lo mismo, es decir, que el mercado estaba barato y las gangas eran muchas.
Unos 2.000 puntos de Ibex más abajo se vuelve a escuchar lo mismo y lo mismo se escuchará si el Ibex cae otros 2.000 puntos en los próximos meses, que todo es posible en la coyuntura actual.
Cuentan los analistas más viejos que en las Bolsas no existen gangas, porque éstas sólo se perciben con el paso del tiempo, que es el que las hace gangas. Cuentan también que los mercados no pueden escapar a la realidad de los ciclos, que son los que dibujan las tendencias. La de ahora, añaden, es bajista. Comenzó en el verano de 1998, pero fue solapada por el nacimiento de la nueva economía, cuyo estallido se produjo en marzo de 2000. Desde entonces, el crash sido lento, pero constante.