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Campaña de la Renta 2001

La próxima declaración del IRPF premia el ahorro para la jubilación

El lunes 1 de julio termina el plazo para presentar la renta de 2001. Y comienza la cuenta atrás para ajustar la próxima factura fiscal que se presente entre mayo y junio de 2003. La mejora de la deducción por aportaciones a planes de pensiones convierte el ahorro para la jubilación en la medida estrella a tener en cuenta. Tampoco hay que perder de vista la reforma en ciernes del IRPF. Aunque aún no se ha aprobado, prevé medidas con efecto desde 2002.

Llegado el momento de presentar la declaración de la renta ya no hay vuelta atrás. Ajustar el IRPF hasta el último céntimo, aprovechando todas las posibilidades que la ley pone al alcance de los contribuyentes, se hace día a día y no cuando se rellenan los impresos del impuesto. Ahora, y hasta el 31 de diciembre, es el momento de preparar la futura declaración. Dos son los frentes a los que hay que prestar atención. De un lado, el IRPF en vigor con las escasa modificaciones introducidas a comienzo de año por la Ley de Acompañamiento. De otro, el futuro IRPF, que prevé deducciones para alquileres que se celebren ahora.

Preparar la jubilación. El ahorro para la jubilación ha recibido un importante espaldarazo en la Ley de Acompañamiento. En la próxima declaración, la reducción máxima de la base imponible del IRPF por planes de pensiones individuales y de empleo es de 14.414,30 euros. El contribuyente podrá reducir por su plan individual un máximo de 7.212,15 euros y, al tiempo, otra reducción máxima de 7.212,15 euros por el plan imputado por su empresa. Los mayores de 52 años tienen un límite en cada tipo de plan incrementado en 1.202,02 euros por cada año de más hasta un tope de 22.838,46 euros.

Además, se ha suprimido el límite de la reducción en función del nivel de ingresos. Aunque, en la próxima declaración, la reducción no podrá superar la base del IRPF. El ahorro logrado con un plan es el equivalente al marginal del contribuyente. Y, en general, si este año apenas se ha pagado un par de euros de IRPF, aportar a un plan hará que se obtenga una cuota a devolver similar a la aportación realizada.

Comprar casa. Hasta 9.015,18 euros destinados a una cuenta de ahorro vivienda o a una hipoteca disfrutan de reducción en el IRPF. Si la declaración del año que viene se presenta abultada puede ser conveniente revisar si se ha llegado a ese tope en la cuenta o, en su caso, plantearse la posibilidad de una amortización anticipada del préstamo.

Perder a corto plazo. Una de los consejos más clásicos de la planificación fiscal es intentar aflorar minusvalías para compensar las ganancias obtenidas. Una técnica en la que hay que tener presente la norma antiaplicación del IRPF que castiga los movimientos rápidos en Bolsa e impide darse una pérdida por valores recomprados en un plazo corto de tiempo. Pero con los mercados en mínimos, lo más recomendable es intentar que las pérdidas se hayan generado en menos de un año para así compensarlas con el salario. Pasado el año y sin plusvalías, el IRPF no acepta la compensación.

Ahorrar seguro. Huyendo de los vaivenes de la Bolsa, el contribuyente puede encontrar refugio en otros instrumentos más conservadores. A la luz del actual IRPF y de cara a la próxima campaña de la renta, el beneficio que tributa de todas las inversiones a menos de un año es semejante (ver cuadro).

Entre uno y dos años, los fondos de inversión se desmarcan proporcionando la menor tributación. Pasados los dos años, una reducción del 30% en los depósitos los convierte en firmes competidores de los fondos para contribuyentes con rentas bajas. A más de cinco años, el menor gravamen se logra en los seguros, ya que disfrutan de una reducción del 65% hasta el 75%.

Acreditar la enfermedad. El IRPF se suaviza con las personas que tienen una minusvalía superior al 33%. Sobre todo en personas mayores, ciertos achaques pueden ser considerados por un médico una discapacidad. Para que ésta pueda aplicarse en la próxima declaración, la minusvalía debe estar acreditada antes del 31 de diciembre.

Ser solidario. Las donaciones a instituciones como Cruz Roja o la ONCE, o las destinadas a proyectos de ayuda al Tercer Mundo o a determinados museos y fundaciones dedicadas al mecenazgo, permiten practicar deducciones en la cuota del IRPF.

El impuesto que viene. Si el calendario previsto por el Gobierno se cumple, la reforma parcial del IRPF que ahora está debatiendo el Parlamento entrará en vigor en enero de 2003. Por tanto, no será hasta 2004 cuando se declare el nuevo impuesto. Sin embargo, ya se han anunciado cambios que afectan a decisiones actuales de los contribuyentes. Es el caso de las deducciones aplicables sobre los alquileres percibidos.

Los propietarios de inmuebles dados en alquiler entre el 19 de abril de 2002 y el 31 de diciembre de 2004 disfrutarán de una reducción específica del 40% y una adicional del 10% para gastos de difícil justificación.

Por otro lado, quienes estén pensando en cambiar de fondo de inversión quizá será mejor que aplacen su decisión hasta enero. En ese momento, la plusvalía aflorada está exenta. Y si en lugar de cambio, es una venta, la tributación estará tres puntos por debajo de la actual. Otro cambio anunciado afecta al ahorro más previsor. Los planes de previsión asegurados (seguros clónicos) se equiparan a los planes de pensiones.

La encuesta

 

 

 

 

 

 

 

 

Si en algo parecen estar de acuerdo los lectores de www.5dias.com es en lo mal que está tratada la deducción por vivienda en el IRPF. De un total de 866 opiniones recibidas a lo largo de la última semana, la deducción por adquisición de vivienda habitual no recibe un trato adecuado en el IRPF para el 85%. Un criterio que no comparte el 15% restante, para el que dicha deducción si parece estar acorde con la inversión realizada. Esta encuesta no es científica y tan sólo responde a las respuestas voluntarias de los lectores que desean exponer su opinión. De hecho, esta opinión no parece que responda al sentir del Gobierno, que en el actual proceso de reforma parcial del IRPF no introduce medida alguna destinada a suavizar el esfuerzo que para una persona supone enfrentarse a la compra de vivienda. En concreto, según los últimos indicadores, una familia media está destinando en torno al 40% de sus rentas mensuales a comprar su residencia habitual.

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