Telefónica cree que sus competidores quieren trocearla

Telefónica se encuentra muy preocupada ante el proceso de conversaciones que ha iniciado el Ministerio de Ciencia y Tecnología con sus competidores con el fin de buscar soluciones a la situación de quiebra de competencia a la que se ha llegado en el sector.

Oficialmente la operadora asegura que para abandonar el callejón sin salida en el que está atrapada la liberalización de las telecomunicaciones es necesario 'crear un marco legislativo estable que permita crear un horizonte que refuerce las inversiones'.

La empresa no opina sobre la principal propuesta que han consensuado sus seis competidoras -Uni2, Retevisión, Comunitel, Aló, BT Tel, Jazztel, agrupadas en la patronal Astel- que exigen que se limite durante cinco años la cuota de mercado del ex monopolio a un máximo del 85%.

Fuentes cercanas a la operadora, no obstante, se muestran particularmente preocupadas por otra propuesta que no ha sido planteada formalmente en el decálogo que la patronal Astel piensa dar a conocer a la opinión pública precisamente mañana.

Servicios y redes

Dicha propuesta plantea que Telefónica de España se divida en dos sociedades. Una de ellas se mantendría como operadora de servicios y el 100% de su capital quedaría en manos de la empresa que preside César Alierta. La otra se convertiría en la propietaria de las redes, tanto de las de Telefónica como de las de sus competidoras. El capital de esta nueva empresa se repartiría entre todas las operadoras del sector, y todas ellas tendrían acceso igualitario al uso de sus redes.

Esta propuesta es planteada de forma pública únicamente por un grupo de pequeñas operadoras sin red, pero, al parecer, ha obtenido especial eco en el Gobierno. Las fuentes cercanas a Telefónica citadas aseguran que una propuesta de este tipo crea un extraordinaria inseguridad jurídica y desincentiva la inversión de la operadora.