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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Transparencia en la banca

El Santander Central Hispano aprobó ayer una serie de medidas encaminadas a reforzar el poder de control y las responsabilidades del consejo de administración del banco, así como a mejorar la transparencia del grupo y las comisiones de auditoría y retribuciones. Estas medidas figuran en un nuevo código del buen gobierno y en un reglamento del consejo. Su objetivo es aumentar la confianza del mercado y de los accionistas en el banco, sobre todo en un momento delicado para las entidades españolas por la transcendencia del caso BBV y sus cuentas secretas, que han tardado más de 13 años en legalizarse y pasar a la contabilidad del BBVA, y por el escándalo de la estadounidense Enron.

El próximo viernes, 28 de junio, el consejo de administración del segundo banco español, el BBVA, también aprobará un nuevo código de gobierno que busca, en esencia, lo mismo que el Santander. Las iniciativas anunciadas por este banco distan poco de las del SCH, salvo en una cosa: Emilio Botín aprovechó ayer la junta general de accionistas del SCH para anunciar la eliminación de las medidas de blindaje del banco, aunque no será hasta la junta de febrero de 2003 cuando se aprueben dichas supresiones. De esta forma, se convierte en el primero de los grandes grupos españoles en eliminar las medidas estatutarias de blindaje, justo cuando las empresas profundizan el camino contrario iniciado en la década de los noventa. Botín justifica esta decisión en la necesidad de defender 'los derechos de todos nuestros accionistas sobre la base del principio de igualdad de trato entre todos los accionistas'.

Pero tanto el Santander como el BBVA, a los que se le unirá en los próximos meses gran parte de la banca española, han buscado en los consejeros independientes una fórmula para desvincular al máximo órgano del gobierno del banco de los directivos de la entidad, con lo que se pretende aumentar la vigilancia e independencia del consejo sobre la gestión del banco. El BBVA, que fijará en 18 el número de consejeros, ha sido el que más hincapié ha hecho en la búsqueda de independencia de este organismo, al fijar en 12 el mínimo de consejeros independientes. El Santander, que ha dejado en 21 el número de consejeros, tiene 16 no ejecutivos, de los que nueve son independientes.

La comisión de auditoría se ha convertido en ambos casos en el eje para el control de las cuentas y operaciones del banco. Esta comisión, como la de retribuciones, estará integrada tanto en el Santander como en el BBVA por consejeros no ejecutivos, en su mayoría independientes. Una novedad con la que se pretende evitar casos como el del BBVA, en el que todos los consejeros procedentes del BBV recibieron un extra a través de la creación de un fondo de pensiones por decisión del ya ex presidente Emilio Ybarra. El mercado debe aplaudir las medidas de transparencia y control, pero los bancos deben demostrar que sirven verdaderamente para dar igualdad de trato a todos los accionistas y para que no se repitan casos como el del BBV.

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