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Consejo europeo

La manifestación de Sevilla superó los pronósticos y no registró altercados

El Foro Social de Sevilla, que aglutina a la mayor parte del movimiento antiglobalización que se manifestó en la capital andaluza, pudo reivindicar el sábado el carácter pacífico de esta plataforma tras la tranquilidad que registraron los actos de la anticumbre, que culminaron el sábado con una gran manifestación festiva, colorista y sin incidentes destacados. Por eso, los líderes del foro tildaron la marcha de 'éxito histórico'.

En la protesta se registraron sólo tres detenidos, uno de ellos por arrojar piedras contra una sucursal bancaria y los otros dos por enfrentarse a la policía. Y otra persona fue detenida también al saltarse un control policial, con lo que la cumbre se salda con cuatro arrestos.

Cientos de policías antidisturbios sellaron las calles de acceso a tres kilómetros de la manifestación, desde la ronda histórica de Sevilla hasta el recinto de la Expo, pero este dispositivo no tuvo que ponerse en marcha. El Foro Social ha cargado duramente contra este impresionante despliegue policial que ha vivido Sevilla desde el viernes. Un dispositivo de 9.000 agentes que, según los antiglobalización, ha causado intimidación y ha restado público a sus actos.

También destacó la normalidad y el éxito de estas jornadas, además del 'civismo y la capacidad de organización', el presidente de la Junta, Manuel Chaves, quien criticó los negros vaticinios realizados también por la celebración de la huelga general en la víspera de la cumbre. Igualmente, el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres Hurtado, reconoció que Sevilla se ha convertido en 'una referencia', aunque atribuyó la total ausencia de altercados a la labor de control y prevención de la policía.

Guerra de cifras

Lo que no faltó en la manifestación de los que creen que 'otro mundo es posible' fue la guerra de cifras. Los organizadores empezaron la protesta, al filo de las 20.30 horas de una noche sevillana de 40 grados, cifrando los asistentes en 100.000. Al término de la marcha estos cálculos subieron hasta los 250.000, frente a los 20.000 que dio la Delegación del Gobierno y los 50.000 que estimó la Policía Local. En la propia marcha se aludía ya a la polémica con cantos como 'luego diréis que somos cinco o seis'.

La marcha, dividida en cinco bloques y fragmentada por docenas de pancartas y siglas en varios idiomas, arrancó cuando las vallas que habían cercado la ciudad ya se estaban desmontando, y los líderes europeos ya no podían escuchar in situ la protesta porque habían abandonado la capital andaluza. El calor fue tan sofocante y el clima de la manifestación tan positivo que los sevillanos respondieron con cubos de agua arrojados desde los balcones sobre los agradecidos manifestantes.

Una de las notas más singulares de la marcha la puso el líder jornalero Juan Manuel Sánchez Gordillo, que arengó, a voz en grito y micrófono en mano, contra la reforma del PER desde un improvisado púlpito que lo alzaba varios metros por encima del resto de los manifestantes.

Al margen de la gran marcha del sábado, los 69 actos reivindicativos protagonizados en Sevilla por las organizaciones del Foro Social tiñeron la ciudad de color durante todo el fin de semana. Las protestas, articuladas en decenas de pequeñas manifestaciones independientes, coincidían en sus trayectos por las estrechas calles del centro. La alta temperatura ayudó a que más de una movilización se decidiese por el strip-tease al grito de 'La Europa del capital nos deja en bolas'. El campamento de acogida de los visitantes extranjeros o de fuera de Sevilla se situó en el Parque del Alamillo, una extensa pradera en el borde de la ciudad donde llegaron a congregarse unas 4.000 personas.

Los extranjeros que acudieron procedían mayoritariamente de Alemania. Algunos de ellos, como Jochen y Christoph, llegaron en un autobús que transportó a 40 personas de Bremen, Berlín y Stuttgart. Franceses, italianos y griegos cierran el grupo de los países más representados en las diferentes protestas.

Los inmigrantes encerrados no descartan otra huelga

 

Los cerca de 500 inmigrantes que permanecen encerrados en la universidad sevillana Pablo de Olavide dieron por finalizada su huelga de hambre de 48 horas el sábado por la noche, aunque el colectivo no descarta repetir esta protesta de forma indefinida esta semana. Insisten en reclamar la regularización de 'todos' los encerrados a pesar de que esta posibilidad ha sido rechazada, desde Sevilla, por el propio presidente del Gobierno. Estos inmigrantes, que el año pasado trabajaron en los campos freseros de Huelva y que este año se han quedado sin trabajo en favor de trabajadores del Este europeo contratados en origen, han sido una de las banderas de los antiglobalización. En la manifestación del sábado, un grupo de los encerrados, los que sí disponen de papeles, portaba una de las pancartas de cabecera en la que se leía 'ninguna persona es ilegal'.

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