El FMI estudia fórmulas para reestructurar la banca argentina
La falta de acuerdo con el organismo agrava la situación de las entidades, pero el Fondo no está dispuesto a ceder fácilmente su asistencia financiera.
El responsable del Fondo para el hemisferio occidental, Anoop Singh, y máximo responsable del caso argentino, estudia posibles fórmulas para llevar adelante la reestructuración del sistema financiero. Según datos a los que ha tenido acceso la consultora argentina M&S, Singh baraja la creación de una oficina especial para la reformulación del sistema financiero, en el ámbito de los bancos que mantienen una fuerte dependencia de la asistencia del Banco Central para seguir operando. El modelo sería similar al que Singh impuso en la crisis de Indonesia en 1998.
En todo caso, la necesidad de reformular el sistema financiero aparece como el primer punto de la agenda económica del organismo, una vez que se puedan estabilizar el tipo de cambio y controlar el riesgo de hiperinflación.
La preocupación del Fondo por la viabilidad del sistema financiero argentino ha aumentado tras las graves discrepancias que mantienen al respecto el Banco Central y el Ministerio de Economía. El primero apuesta por proporcionar una fuerte liquidez a los bancos, mientras que el segundo se resiste a mermar aún más las limitadas reservas de la entidad central.
La situación de las entidades financieras que operan en Argentina se deteriora por días. Ayer el grupo financiero HSBC anunció que capitalizará su filial argentina con 211 millones de dólares (223,6 millones de euros). De esa cantidad, 52,8 millones de dólares ya fueron desembolsados y el resto será aportado por HSBC Argentina Holdings el próximo martes. La entidad, la octava en activos en Argentina, aseguró que la medida es 'una señal muy clara del compromiso del HSBC en Argentina', pero queda lejos de los 1.120 millones de dólares (1.187 millones de euros) que provisionó en diciembre para sus negocios en el país.
El jueves, el cuarto mayor banco privado del país, el Banco Río, filial del SCH, anunció que busca refinanciar un vencimiento por 200 millones de dólares (212 millones de euros) que tendrá lugar la próxima semana. Dos días antes, el primer banco privado de capital argentino, el Banco Galicia, postergó el pago de intereses de un bono (incumplimiento) y anunció la reestructuración de su deuda.
Larga negociación
La intervención del Fondo en la búsqueda de soluciones a la crisis financiera es tanto más acuciante por cuanto la asistencia financiera del FMI no va a ser ni cuantiosa ni inminente, a juzgar por las declaraciones del propio Gobierno argentino.
La misión técnica que llegó el pasado jueves a Buenos Aires se muestra inflexible respecto al cumplimiento de los requisitos impuestos por el organismo para negociar un acuerdo.
En concreto, los técnicos objetan la forma en que se derogó la Ley de Subversión Económica, porque aún permite la persecución judicial de banqueros y empresarios. Asimismo exigen que el acuerdo de ajuste fiscal con las provincias sea firme y conforme a los criterios pactados. Muchas de las grandes provincias escenificaron la ratificación del acuerdo cuando en realidad sólo firmaban una carta de intenciones. En otros casos, el Gobierno accedió a permitir una reducción del déficit fiscal al 40% y no al 60% que pedía el organismo y autorizó la emisión de títulos públicos provinciales como moneda de curso legal, una medida rechazada por el FMI.