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Reescturación

El servicio de correos británico aborda un nuevo ajuste con 17.000 despidos

El fracaso de la aventura se va a saldar además con la supresión de 17.000 empleos, que se suman a los 15.000 anunciados en marzo. La sangría de pérdidas, 1.760 millones en el último ejercicio, ha aconsejado un duro plan de ahorro de costes.

La breve vida de Consignia, el nombre del servicio de correos británico, está a punto de terminar en fracaso. Unas pérdidas de 1.100 millones de libras (1.760 millones de euros) ha desencadenado un plan para suprimir otros 17.000 empleos, que se suman a los 15.000 ya en marcha sobre una plantilla total de 200.000 personas, y ha precipitado la recuperación del nombre histórico de la sociedad, Royal Mail.

Aunque no hay confirmación oficial, fuentes cercanas a Consignia aseguran que el plan de reestructuración prevé el cierre de más de 3.000 oficinas de correos, sobre todo en zonas rurales.

El Royal Mail fue rebautizado como Consignia hace 15 meses con un coste de 800.000 euros y se calcula que serán necesarios otros 1,6 millones de euros, cantidad equivalente a lo que pierde cada día, para recuperar el nombre que ha llevado desde hace 300 años. La denominación de Royal Mail se utiliza hoy sólo para la venta de sellos y las operaciones administrativas del servicio postal.

Consignia anunció el pasado mes de marzo la supresión de 15.000 empleos en los próximos tres años. Allan Leighton, consejero delegado de la sociedad, dijo ayer que otras 17.000 personas tendrán que irse para conseguir los objetivos de rentabilidad de la compañía. Como parte del cambio de imagen de Consignia, John Roberts, presidente de la empresa desde hace siete años, ha anunciado su jubilación para antes de finales de año.

La primera reducción de plantilla afectó sobre todo a los trabajadores de Parcelforce Worldwide, el servicio de entrega de paquetes. A partir del próximo mes, éste ofrecerá sólo un servicio de entrega de urgencia de 24 a 48 horas, abandonando el servicio menos rentable de tres días o más. Leighton explicó que la empresa estatal no ha podido competir con el sector privado en el servicio de entrega de paquetes.

También se eliminará el servicio de segunda entrega de cartas para ahorrar costes y mejorar la productividad. Este servicio representa el 20% de los costes totales, pero sólo el 4% del reparto del correo diario del país.

Con estos reajustes el Royal Mail espera ahorrar 560 millones de euros al año. La subida de los ingresos del 3,6% en el último ejercicio se descompensó con un incremento de los costes en un 4,8% en el mismo periodo.

'Estas pérdidas no son un fenómeno de un solo año', afirmó Leighton. 'Hay un montón de problemas sin resolver, algunos de los cuales se remontan 10 años atrás. Tenemos que parar la sangría de capital, pues todos los negocios del servicio están con pérdidas', señaló. Leighton ha obtenido el apoyo del Ministerio de Comercio e Industria que va a subvencionar las bajas con 650 millones de las reservas públicas de Consignia, que suman 3.260 millones de euros.

El sindicato de los trabajadores del servicio postal CWU, famoso por su dureza, calificó de 'inaceptable' el alcance del ajuste de plantilla, pero de momento no ha habido amenazas de huelga.

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