Jazztel supera su crisis financiera y abre la puerta a la concentración del sector
Jazztel ha llegado a un principio de acuerdo con los bonistas para dejar a cero sus 676 millones de euros de deuda cotizada. Pero la contrapartida es de una envergadura similar. A cambio, entregará el 90% de la compañía a los tenedores de los bonos de alto rendimiento, como adelantó el martes este diario.
El proceso será complejo y no se cerrará hasta el 30 de septiembre, ya que requiere, además de los trámites legales, la aprobación definitiva de los bonistas y de los accionistas. Con este movimiento, Jazztel se ha librado de su problema más acuciante: el financiero. El ahorro anual será de 93 millones de euros y ya no hará falta pagar a vencimiento los 676 millones de euros.
Ahora, sin embargo, queda por ver si un balance totalmente saneado es suficiente para hacer rentable una operadora en el entorno de competencia español. 'El canje reduce el riesgo de quiebra, pero la compañía todavía tiene que demostrar que el modelo de negocio puede funcionar', explicó José Joaquín Mateos, gestor de fondos de Barclays, a Bloomberg.
El presidente y fundador de Jazztel, Martín Varsavsky, tiene claro que la solución al problema de liberalización en España pasa por hacer un gran grupo que pueda competir con Telefónica. Con este objetivo se iniciaron las negociaciones con la filial de France Télécom, Uni2, y también los contactos con Retevisión, según aseguró Varsavsky entonces. Todo quedó en suspenso cuando Jazztel comenzó las negociaciones para el canje de deuda.
Negociaciones
La compañía aseguró que las conversaciones con France Télécom sólo se habían aplazado y que se retomarían una vez concluido el proceso. Para ese momento, sin embargo, Jazztel será muy distinta a la que es hoy en día (Varsavsky tendrá menos del 2%), aunque fuentes cercanas a la empresa señalan que los planes siguen siendo los mismos. También los analistas consultados coinciden en que la concentración es el mejor camino para rentabilizar las telecomunicaciones en España.
Para que estos movimientos sean posibles, primero tiene que concretarse el canje de deuda. El acuerdo con los bonistas consta de tres partes, dos de ellas accionariales y una dineraria. Los tenedores de la deuda recibirán el 88% de la compañía de forma directa con la emisión de los títulos necesarios para ello. Además, se les darán bonos convertibles, de 75 millones de nominal, con vencimiento en 2012 y una rentabilidad anual del 5%. Estos títulos se pagarán en acciones y serán canjeables por el 17,5% de la compañía después de la recapitalización. Es decir, la dilución para los actuales accionistas será aún mayor, ya que pasarán de tener el 12% a ser dueños del 10% de Jazztel. Ese 2% más permitirá a los bonistas hacerse con el 90% de la operadora.
Estos movimientos supondrán la emisión de entre 500 y 570 millones de títulos. Jazztel tiene en estos momentos 64,75 millones de títulos.
Por último, los bonistas se repartirán el remanente que todavía queda en la cuenta de acceso restringido para el pago de intereses que creó Jazztel cuando hizo las emisiones de bonos de alto rendimiento. Según fuentes cercanas a la compañía, los fondos ascienden a 53 millones.
æpermil;ste será el acuerdo que accionistas y bonistas deberán validar. Jazztel explicará el pacto a los titulares de acciones en la junta ordinaria del próximo día 21, pero la votación se realizará después, en una asamblea extraordinaria. Los bonistas tendrán su propia junta y, en este caso, la necesidad de acuerdo es mayor. El pacto está condicionado a la aceptación del 75% de los tenedores de bonos. Esta mayoría permitirá que el acuerdo sea vinculante para todos, aunque haya minoritarios que se opongan.
La recapitalización será el detonante de otros cambios en Jazztel. El pacto está sujeto a la renegociación 'satisfactoria' de la línea de crédito existente y también se revisarán los términos del alquiler a Renfe de la red troncal. La posibilidad de ampliar capital para financiar el plan de negocio está, asimismo, abierta.
Lo que no se conoce son las nuevas cifras de la compañía, que no serán desveladas hasta que se materialicen todos los puntos de la recapitalización. Antes del acuerdo, la previsión era alcanzar Ebitda positivo en la primera mitad de 2003.
La telefónica fundada por Varsavsky cae un 19,27% en Bolsa
El desplome del 19,27% de ayer puede ser sólo el principio. El acuerdo alcanzado con los bonistas tiene una cara positiva -garantiza al 99% la supervivencia de Jazztel-, pero también tiene un impacto muy negativo para los actuales accionistas y para la cotización de las acciones.
Antes de ser suspendida de negociación el miércoles, Jazztel valía en Bolsa 178,06 millones de euros, que, sumados a los 676 millones de deuda cotizada, daban una valoración total de la compañía de 854,06 millones. La operadora había subido un 53% en dos sesiones, al calor de la expectativa del pacto anunciado ayer.
A ese mismo precio (2,75 euros por título), los 570 millones de acciones que Jazztel dará a los bonistas valdrían 1.567,5 millones de euros, es decir, 2,3 veces más que la deuda que se canjea. Es previsible, por tanto, que la cotización se vaya ajustando a la nueva situación, con un goteo a la baja, unido a una fuerte especulación. Si se considera que la capitalización bursátil de Jazztel del pasado miércoles, sumada a la deuda, es una referencia del valor real de la empresa, las acciones tendrían que bajar hasta los 1,346 euros para que la tasación de la compañía ya sin pasivo, pero con 570 millones de títulos más (8,8 veces los que tiene ahora), sea equivalente.
Este escenario, sin embargo, no computa las mejores perspectivas de la compañía, que ahora tiene opciones de supervivencia y posibilidades de concentración. Pero el sector de las telecomunicaciones sigue siendo un terreno pantanoso para la Bolsa, que prefiere evitarlo a la espera de síntomas claros de recuperación.
En Jazztel, la evolución bursátil no es en estos momentos su principal preocupación. 'Hemos conseguido un hito muy importante, que despeja la mayoría de las incertidumbres', señalan fuentes de la compañía. 'Ahora seguiremos trabajando para demostrar nuestras fortalezas operativas'.