El resultado técnico financiero de la actividad aseguradora creció un 72% en 2001
Las entidades aseguradoras que operan en España aumentaron en el 2001 un 72% su resultado técnico financiero o típico de su actividad y lo situaron en 1.196 millones de euros, pese a que tuvieron que afrontar los efectos de los atentados de Nueva York y de la recesión económica.
Así consta en el Informe del 2001 elaborado por la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones del Ejercicio 2001, en el que se afirma que "cualquier referencia a los datos de la actividad aseguradora en el 2001 debe incluir como hecho relevante los atentados del 11 de septiembre".
Estos ataques y la recesión económica "han tenido su influencia en el mercado asegurador español, especialmente en los seguros de vida que en años anteriores habían sido más activos", apunta el estudio publicado hoy, en el que se precisa que en España sólo "alguna compañía" tuvo que pagar indemnizaciones por los atentados.
Los principales efectos de los ataques terroristas y que, por tanto, afectaron a la evolución del sector en España, fueron el endurecimiento de las condiciones y tasas del reaseguro y las caídas de los mercados financieros, que fueron acompañadas en un aumento de la siniestralidad y un descenso del volumen de negocio.
Estas circunstancias negativas para los resultados de las compañías pudieron ser contrarrestadas gracias a los ingresos netos de las inversiones en el ramo de vida, que permitieron que el resultado técnico financiero aumentara un 72%.
De hecho, las primas facturadas por el conjunto del sector descendieron el 1,64%, después de que las ingresadas por el ramo de vida cayeran el 9,76% y las de no vida.
El total de las compañías aseguradoras elevó esta partida a 40.719 millones de euros, de los que 21.637 millones correspondieron a vida y los 19.082 millones a no vida.
El descenso de la actividad de vida se debió, según la Dirección General de Seguros, a un descenso en los seguros ligados a fondos de fondos de inversión, denominados unit-linked, que cayeron un 71,74%, mientras que el negocio tradicional del ramo de vida creció un 26,84%.
En este mismo ramo, la siniestralidad creció el 1,68% y se situó en 13.136 millones de euros, mientras que en el de no vida creció un 7,92%, hasta 12.459 millones.
Este último aumento se compensó, sin embargo, con el crecimiento cercano al 10 % en los ingresos por primas, que confirmó la tendencia iniciada en los años anteriores y que destacó principalmente en automóviles, que aumentaron un 8,29 % y en asistencia y multirriesgo, que crecieron ambos casi un 11 %.
El informe también recoge datos de los fondos de pensiones, que cerraron el año con un patrimonio de 44.542 millones de euros, un 14,27% más que al cierre del año anterior, y con 5,5 millones de partícipes, un 13,10% más.
Del total de los planes existentes, el 64,98% correspondían al régimen de aportación definida, mientras que el 33,76% eran de la modalidad del sistema mixto y únicamente el 1,26% restante a productos de prestación definida.
Los planes de pensiones pagaron el año pasado en torno a 1.222,47 millones de euros, un 0,28% más que el ejercicio anterior, de los que un 81,33% fueron prestaciones pagadas por jubilación, un 8,31% a invalidez y un 10,36% a fallecimiento.