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Coyuntura

La inesperada alza de la producción industrial baja la tensión en Brasil

Los datos de producción industrial dieron ayer un respiro al Gobierno brasileño en una semana en que los temores sobre la viabilidad para hacer frente a la deuda han hundido la cotización del real y han disparado el índice de riesgo-país. Este índice ha bajado de los 1.200 puntos básicos; el real también ha frenado su caída y el dólar se ha estabilizado en los 2,6 reales. En lo que va de año, la moneda brasileña ha perdido un 14,7% de su valor.

La actuación del presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, ha infundido confianza al mercado. Fraga sugirió ayer una inminente bajada de los tipos de interés, cuyo elevado valor (un 18,5%) ha suscitado fuertes críticas por el escaso incentivo que supone para la inversión empresarial. La autoridad central también ha garantizado la estabilidad de su política monetaria, aunque haya cambio de Gobierno en las elecciones de octubre.

La producción industrial creció en abril un 4,1% respecto a marzo. En el crecimiento de la actividad contribuyó decisivamente el aumento experimentado en el último año por la producción del gas y de petróleo, según el Gobierno. Comparada con el mismo mes de 2001, el incremento de la producción es del 6%. El balance de los últimos cuatro meses es de una contracción del 0,1%.

El problema de la deuda

Las dudas sobre la capacidad de Brasil para manejar su deuda, que asciende a 262.000 millones de dólares (278.000 millones de euros), ha provocado que el riesgo-país, la prima que deben pagar los bonos brasileños sobre la deuda del Tesoro estadounidense, se haya disparado.

El candidato mejor situado para elecciones es Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, con una ventaja de más de 20 puntos en las encuestas. Da Silva ha moderado su discurso de corte radical e izquierdista, pero no oculta su interés en renegociar la deuda. Ante la duda, el mercado ha optado por rechazar deuda con vencimiento a largo plazo y el banco central se ha visto obligado a canjearla por letras con vencimiento en 2003. Otro factor desestabilizador es la decisión del banco central de obligar a los fondos de inversión a fijar diariamente la valoración de sus activos, lo que ha sacado a relucir pérdidas en el mercado de notas del Tesoro. Los inversores abandonan posiciones y compran dólares. Los movimientos han espoleado la caída del real, la pérdida de valor de la deuda y la subida de sus intereses.

La crisis argentina ha hecho especialmente sensibles a los inversores, generando tensiones en la zona. Uruguay ha recibido dos créditos del FMI de 2.243 millones de dólares (2.386 millones de euros), aunque el préstamo de 1.500 millones de dólares (1.600 millones de euros) se negociará este mes. Hoy viaja a Washington una delegación paraguaya para negociar un préstamo tras el fracaso de la privatización de la telefónica estatal, suspendida ante la gran presión social.

En Argentina la situación se complica. Unas 25 empresas privadas que prestan servicios públicos en el país han pedido a la ONU que sancione al Gobierno si no restituye garantías contractuales como el derecho a actualizar las tarifas o el libre giro de divisas al exterior, suspendidos tras la devaluación del peso.

Y en medio de esta situación, la justicia argentina dejó ayer en libertad al ex ministro de Economía Domingo Cavallo, tras haber permanecido en prisión preventiva 65 días. Cavallo estaba acusado de contrabando de armas a Croacia y Ecuador. La orden de libertad ha sido dictada por la Sala B de la Cámara de lo Penal Económico, que considera que no existen pruebas suficientes para que el ex ministro sea imputado.

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