Birulés pide a las nuevas telefónicas ayuda para estimular la competencia
La cita fue en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, a las 11.30 horas de la mañana de ayer. ¿El motivo? Explorar los cauces para desbloquear la competencia en la telefonía fija española. Y todo ello a iniciativa del departamento encargado de velar por las telecomunicaciones, que ha apelado al sector en busca de propuestas.
A la reunión acudieron el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Baudilio Tomé; el director general de esta área, Bernardo Pérez de León, y los máximos responsables de las seis principales nuevas operadoras, Retevisión, Uni2, Jazztel, Comunitel, BT Ignite y Aló.
Los asistentes fueron convocados al encuentro el pasado viernes, horas después de que Retevisión advirtiera públicamente de la necesidad de un plan de fomento de la competencia, y se les ha pedido que remitan al ministerio sus propuestas individuales tan pronto como el próximo lunes, con el objetivo de redactar con ellas un documento conjunto, explicaron fuentes de los asistentes. La petición que tienen en sus manos los operadores es plantear medidas para garantizar la rentabilidad del sector y fomentar la liberalización del mercado.
Durante la reunión, los representantes de las nuevas telefónicas pasaron revista a todos los problemas de sector. Y, como no podía ser de otra forma, las críticas se centraron en la actuación de Telefónica y en la regulación. Los ejecutivos pidieron más rigor en la aplicación de la normativa y un mayor seguimiento a las conductas del ex monopolio. La ruptura de las reglas, añadieron, debería ser sancionada con penalizaciones más elevadas, para desincentivar los incumplimientos.
La preasignación (la posibilidad de usar las redes de un competidor de Telefónica para todas las llamadas sin marcar prefijo) y sus problemas fueron otros de los aspectos apuntados por los operadores, que acusan al ex monopolio de dificultar su aplicación y de utilizar una más que agresiva política de recaptura de abonados.
De los muchos puntos de controversia que existen en el sector en estos momentos, las telefónicas nacidas al calor de la liberalización del mercado de la telefonía fija resaltaron dos: el daño que hace la regulación de precios de Telefónica y la posibilidad de fijar cuotas máximas para ella. El denominado price cap ha sido uno de los principales problemas de la competencia, ya que obliga a Telefónica a bajar sus tarifas en una cuantía prefijada al año. Si el ex monopolio reduce precios, también lo tienen que hacer sus rivales y lo elevado de la rebaja recorta el margen que les queda para competir.
Para los nuevos operadores, esta regulación es mucho más dañina para ellos que para Telefónica, ya que la compañía dominante tiene el balón de oxígeno financiero que le proporciona la subida de la cuota mensual de abono y así se lo han recordado al departamento que dirige Anna Birulés.
El segundo punto de debate fue la propuesta de Retevisión de establecer, como en otros sectores, cuotas de mercado máximas para el ex monopolio. Este planteamiento ha causado cierto revuelo en el sector y, sobre todo, en Telefónica, que ayer respondió indirectamente a ella. En unas jornadas sobre telecomunicaciones realizadas en Madrid el director general de Servicios para Operadores y Regulación, Rafael Díez Vega, contraatacó y aseguró que la rentabilidad del sector se garantiza creciendo un 12% anual y no limitando. Y para conseguirlo es necesario dar un impulso a la banda ancha.
Las nuevas telefónicas han acogido con satisfacción la iniciativa del ministerio, aunque muestran escepticismo sobre los resultados prácticos que llegue a tener, habida cuenta de la actitud de Ciencia y Tecnología hasta ahora.