Italia expulsará a los inmigrantes que se queden sin trabajo
La Cámara de Diputados italiana aprobó ayer una nueva y restrictiva ley de inmigración, conocida como Fini-Bossi, que endurece las medidas contra los extranjeros que entren en Italia de forma clandestina y que ha sido fuertemente contestada por la oposición de centro-izquierda.
El texto contó con 279 votos a favor de la mayoría conservadora y 203 en contra de la formación opositora El Olivo y los comunistas.
Entre las medidas que introduce está la toma de huellas digitales a todos los extranjeros ajenos a la Unión Europea (UE) que pidan un permiso de estancia en el país, así como penas de cárcel para los que sean expulsados y vuelvan a entrar ilegalmente en el país, al crearse el delito específico de inmigración clandestina.
También asocia la obtención del permiso de residencia a un contrato de trabajo y autoriza el uso de naves de la Armada para afrontar el tráfico ilegal de inmigrantes y frenar los continuos desembarcos de clandestinos en las costas del sur del país.
Así, el permiso de estancia sólo será concedido a los extranjeros que dispongan de un contrato de trabajo. Dicho permiso tendrá una duración de dos años, pero si el inmigrante se queda sin trabajo antes de expirar ese plazo, deberá abandonar el país. Para el Ejecutivo conservador de Silvio Berlusconi se trata de una ley 'rigurosa' y que da respuesta a problemas concretos, como la lucha contra la criminalidad, mientras que la oposición tacha la normativa de 'inaceptable, contraproducente y racista'.
Cumbre de Sevilla
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, pidió ayer, en una carta enviada a José María Aznar, que los Quince refuercen en la Cumbre de Sevilla el control de las fronteras externas, desarrollando una 'estrategia fronteriza integrada y amplia' en la UE. Tras felicitarse de que Aznar haya decidido que la cumbre aborde el problema de la inmigración ilegal, Prodi recuerda que la Comisión Europea e Italia han hecho recientemente propuestas en ese sentido, como la creación de una cuerpo europeo de guardafronteras. 'Deberíamos animar a los responsables del control de fronteras a comenzar a ensamblar y dar prioridad a las diferentes piezas del sistema', dice.
Por último, el Gobierno austriaco aprobó ayer el borrador de la ley de extranjería que establece la obligatoriedad de aprender alemán a los inmigrantes que entren a partir del 1 de enero de 2003 en Austria y a los residentes desde el 1 de enero de 1998.