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Directiva

Los Quince pactan las normas para crear un mercado común de fondos de pensiones

El acuerdo, al que todavía se oponen Francia y Bélgica, ha sacrificado parte de la ambición inicial del proyecto y se queda aún lejos de la creación de un auténtico mercado único.

Los gestores de fondos de pensiones (bancos, compañías de seguros, empresas) lograrán pronto el pasaporte europeo para comercializar sus productos en todo el territorio comunitario. El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas espera alcanzar mañana en Luxemburgo un acuerdo político sobre el proyecto de directiva que sienta las bases para el mercado único de un producto que ya mueve 2,3 billones de euros anuales.

El envejecimiento demográfico y su repercusión en los sistemas públicos de pensiones, así como la integración de los mercados financieros hacen calcular a la Comisión Europea que los activos de las gestoras de fondos ascenderán a 3,5 billones de euros en 2005.

Las normas sobre gestión de la cartera de inversiones de estos fondos había impedido hasta ahora avanzar en el proyecto. La propuesta de compromiso presentada por la presidencia española de la UE logrará mañana superar este último obstáculo.

La directiva sienta el principio general, defendido por la City londinense, de que 'los activos deben invertirse en interés de los miembros [del fondo] y sus beneficiarios'. El Reino Unido ha logrado que la ley europea no limite la libertad inversora de que disfrutan los fondos de pensiones en aquel país y ha añadido cierta flexibilidad a la futura gestión de los fondos transfronterizos, frente a las normas más precisas que imperan en los países meridionales.

Aun así, el texto todavía concede libertad a los Estados miembros para someter a ciertas restricciones a las gestoras extranjeras. El mantenimiento de esta fragmentación legal puede obligar a las gestoras a compartimentar su cartera, lo cual amenaza la efectividad de la nueva ley.

La directiva prevé, en concreto, limitar al 30% la inversión en acciones, bonos y valores negociados en mercados no regulados. El mismo umbral se fija para las inversiones en activos denominados en una divisa distinta a la del fondo.

Los gestores no podrán concentrar más de un 5% de los activos en un mismo valor bursátil, o el 10% en empresas pertenecientes al mismo grupo. Y el escándalo Enron ha revelado la necesidad de fijar esos mismos límites a las inversiones de los fondos en sus grupos o empresas matrices.

El compromiso tejido laboriosamente por la presidencia española deja abierta también la posibilidad para que los Gobiernos puedan obligar a que la custodia de los depósitos se confíe a una entidad financiera. Por lo demás, la nueva directiva se basa en el principio general de que los gestores deben 'garantizar la seguridad, calidad, liquidez y rendimiento' de sus activos. Los Estados no podrán imponer orientaciones a las inversiones para dirigir el ingente capital estos fondos en una determinada dirección.

Francia y Bélgica, contumaces defensores de unas pautas más estrictas, siguen resistiéndose al acuerdo. Pero la presidencia española ha recordado que esta ley puede aprobarse por mayoría cualificada en el consejo de Ministros.

Rodrigo Rato llega a Luxemburgo dispuesto a plantear una votación que deje en minoría a esos dos países. El borrador de directiva pasará entonces al Parlamento Europeo, donde continuará la tramitación.

Rato remata otro acuerdo crucial para la integración financiera

 

 

El pragmatismo del ministro Rodrigo Rato aspira a coronar mañana otra victoria de la presidencia española de la UE en el capítulo financiero. Su semestre al frente del consejo de Ministros de Economía ya ha cosechado el acuerdo para agilizar la legislación de los mercados bursátiles y ha dado un fuerte impulso a las directivas sobre información privilegiada y a la de armonización del folleto de oferta pública de ventas de acciones (que también se debate mañana).

 

 

 

 

 

 

 

Rato está dispuesto ahora a mutilar en parte la directiva sobre fondos de pensiones para hacer avanzar un texto estancado desde hace 18 meses.

 

 

 

 

 

 

 

'Se trata de un paso en la buena dirección', elogian fuentes diplomáticas de uno de los Estados miembros que ha visto recogida buena parte de sus argumentos en la propuesta de Rato. La presidencia española se ha plegado, con buen criterio probablemente, ante las exigencias de los mercados más maduros en fondos de pensiones, situados en Reino Unido, Irlanda y Holanda.

 

 

 

 

 

 

 

Los operadores de estos mercados demandan desde hace años la posibilidad de ofrecer sus servicios en toda la UE. Pero el temor de que una armonización normativa les obligara a importar las estrictas limitaciones en la gestión de activos que imperan en otros países había impedido hasta ahora un acuerdo de los Quince. La fórmula de Rato, que contempla numerosas excepciones nacionales, no parece rematar la creación de un auténtico mercado único, pero al menos permite ciertos progresos.

 

 

 

 

 

 

 

Los largos meses sin avances en las negociaciones hablan de la dificultad de un proyecto de integración, cuya primera tentativa fracasó totalmente hace más de 10 años.

 

 

 

 

 

 

 

La Comisión presentó su nueva propuesta en octubre de 2000, basada, como todo el proceso de unificación de los mercados financieros, en la prevalencia de la legislación del país de origen del operador.

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