Las rentas negativas a más de dos años se declaran por el 70% de su importe
El actual IRPF trajo consigo una reducción del 30% para los rendimientos de capital generados en más de dos años. Esta ventaja se vuelve ahora en contra de los inversores que en 2001 han tenido rendimientos negativos, ya que también éstos deben reducirse un 30%. Otros rendimientos de capital a tener en cuenta son los dividendos o los aflorados en derechos de suscripción preferente.
El pasado año, los mercados dieron más disgustos que alegrías. Y, al margen de las pérdidas que los contribuyentes hayan aflorado, sus rendimientos de capital han podido verse afectados. También fue 2001 un año de ampliaciones y reducciones de capital. Al tiempo, en 1999, año en que entró en vigor el actual IRPF (cuya reforma está en ciernes), bancos y cajas sacaron del baúl de los recuerdos los depósitos a plazo fijo a más de dos años. En 2001 se cobraron intereses y ahora, el IRPF pasa factura.
Rendimiento o ganancia. Los resultados de una inversión pueden ser rendimiento de capital mobiliario o alteración de patrimonio. Un truco para saber cuándo se está ante uno u otro es ver si la renta es una remuneración a un bien o derecho que se posee (rendimiento) o si procede de la venta de ese bien o derecho (alteración). Pero cuidado, esto no funciona siempre.
Los rendimientos de capital se integran en la parte general del IRPF y tributan al tipo marginal del contribuyente (del 18% al 48%). Se retienen al 18%. Las alteraciones a más de un año tributan en la parte especial al 18%.
Reducciones. Para compensar esa diferencia en el tipo de gravamen, el rendimiento íntegro de capital mobiliario generado en más de dos años se puede aplicar una reducción del 30%. Así, sólo se tributa sobre el 70%. En concepto de gastos deducibles, sólo se admiten los de administración y depósito de valores.
Depósitos estructurados. Los intereses de cuentas corrientes y depósitos son rendimiento de capital que pueden beneficiarse de la reducción del 30%. En los depósitos vinculados a acciones (depósitos estructurados) es rendimiento de capital el interés fijado de antemano que se cobra al vencimiento (puede reducirse un 30%). En la recuperación del capital aportado, aunque lo normal es recibirlo en acciones si éstas han bajado, también se puede recibir dinero (lo que suele hacerse si la acción ha subido). Esto puede generar rendimientos negativos afectados, para mal, por la reducción del 30%.
'Segurfondos'. Los segurfondos o unit linked pueden generar rendimientos de capital o alteraciones de patrimonio según qué requisitos se cumplan. Entre los que generan rendimientos, es posible que los malos resultados de 2001 hayan dado lugar a rendimientos negativos. Una vez más, la reducción del 30% impedirá incluir dicha pérdida al 100% para compensarla con rentas positivas.
Dividendos. Los dividendos son una retribución por tener acciones y, por tanto, un rendimiento de capital. Para declararlos en el IRPF se multiplican por un coeficiente que, en general, es del 140% (la entidad que lo reparte aporta este dato). Luego, de la cuota del IRPF se resta una cantidad igual al dividendo íntegro por 40% en general.
Ampliación de capital. También tributan como los dividendos la distribución de la prima de emisión de acciones y, desde enero de 2001, la devolución de aportaciones a los socios con motivo de una reducción de capital. En ambos casos, el importe percibido minora el valor de adquisición de las acciones hasta dejarlo a cero. El exceso percibido es rendimiento de capital. Si en una ampliación de capital se ha vendido el derecho de suscripción preferente, el importe obtenido también minora el valor de adquisición de las acciones, pero el exceso recibido será plusvalía y no rendimiento.
Deuda pública. Las rentas de las letras, bonos y obligaciones del Estado también son rendimientos de capital.
Regalos. Vajillas o toallas que regalan los bancos pueden ser rendimientos de capital si retribuyen un depósito. En todo caso, es el banco el que informa de su posible tributación.