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Pesca

Los socialistas europeos piden a Prodi que destituya a Fischler y De Palacio

El comisario austriaco apuró ayer el primer trago amargo de 'la larga batalla política' que le ha augurado el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete. Fischler presentó ante el Parlamento Europeo su controvertida reforma de la política pesquera común (PPC), que prevé el desguace de 8.600 embarcaciones durante los próximos años. Sólo el grupo liberal y algunos parlamentarios ecologistas defendieron tímidamente a la Comisión.

La reforma obtuvo una respuesta contundente por parte del grupo socialista europeo, cuyo portavoz, Enrique Barón, resaltó la falta de referencias 'a la cohesión económica, al tejido social de las costas, a la acuicultura y a la sostenibilidad de la actividad pesquera'.

El grupo popular se mostró algo más dividido. El conservador escocés, Struan Stevenson, que preside la comisión parlamentaria de Pesca, defendió la propuesta, pero acusó a Fischler de haber cedido a las presiones españolas. 'España sólo tendrá que desguazar el 9,4% [en tonelaje] de sus barcos', se admira Stevenson, que considera este porcentaje inapreciable en relación con las más de 16.000 unidades que componen la flota española.

'Entre 1996 y 2000, España se vio obligada a reducir su flota unas 88.000 toneladas', recordó Gerardo Galeote, portavoz de los populares españoles, que acusó a Fischler de 'pretender que sean los pescadores de los países mediterráneos (...) los que asuman los costes del fracaso' de la PPC.

La tramitación de la reforma anuncia un duro enfrentamiento institucional. El presidente del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo, Enrique Barón, resaltó la falta de referencias 'a la cohesión económica, al tejido social de las costas, a la acuicultura y a la sostenibilidad de la actividad pesquera'. Además, destacó la 'escisión clara y notoria' que divide al Ejecutivo europeo. 'Tenemos un presidente del Consejo (el ministro Arias Cañete) que dice que da instrucciones a la Comisión, y en la Comisión una escisión pública y notoria'.

El propio Fischler lamentó el tono 'inaceptable, para decirlo suavemente' de la carta, en contra de la reforma, que su colega Loyola de Palacio le remitió el lunes. Fischler critica 'que una comisaria hable de 'provocación' y utilice el término 'brutal' para referirse a una decisión que la Comisión iba a adoptar pocas horas después'. El comisario austriaco, cuya reforma del mercado del aceite ya topó con De Palacio como ministra de Agricultura, añadió que 'no ser capaces de reformar la política pesquera es lo que sería una provocación'.

La división amenaza la estabilidad de una Comisión en la que las fuertes personalidades políticas de sus miembros desbordan la escasa autoridad del presidente. Barón recordó ayer a Prodi que 'en cualquier país, habría una crisis de gobierno y el presidente cesaría a uno de los dos... o a los dos'. El diputado del Bloque Nacionalista Galego, Camino Nogueira, concretó mucho más la sugerencia, al menos en cuanto a Fischler. 'Espero su dimisión. (...) Deje su lugar a un comisario menos sectario'.

Fischler contestó a todas las intervenciones insistiendo en que 'nuestra flota es demasiado grande' y aseguró que tras la reforma, que destina la mayor parte de los subsidios al desguace de barcos, 'los pescadores se preguntarán si merece la pena seguir pescando o dejar el sector'.

Recurrir a tribunales

El plan de Bruselas ha sido rechazado de plano en España por parte de representantes del Gobierno, de las comunidades autónomas y de la industria pesquera.

Arias Cañete, que se reunió ayer con representantes del sector, reiteró que buscará una mayoría en el consejo para sacar adelante una reforma más 'equilibrada' y avisó que piensa utilizar 'todos los mecanismos' disponibles, 'no sólo la minoría de bloqueo, sino los tribunales de justicia si hace falta'.

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