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Energía

El 'escándalo Dynegy' fuerza la dimisión de su presidente

Las investigaciones federales, incluida la de la fiscalía de Tejas sobre las transacciones fantasmas entre empresas de intermediación de energía, están ejerciendo una gran presión sobre un sector bajo una intensa sospecha tras la caída de Enron. Chuck Watson, quien ha estado al frente de Dynegy en los últimos 17 años, abandonó ayer su puesto de presidente y consejero delegado para ser sustituido por Dan Dienstbier, hasta ahora responsable de la filial del gasoducto Nothern Natural Gas. Glenn Tilton, vicepresidente de Chevron Texaco (el mayor accionista de Dynegy), será nuevo presidente de forma interina.

La salida de Watson, al igual que la de William McCormick de CMS el pasado viernes, se produce a las pocas semanas de conocerse unas transacciones denominadas round trip y que en esencia se concretan en la venta por parte de una intermediaria de energía a otra de un determinado paquete de electricidad que casi segundos más tarde se vuelve a comprar por el vendedor por el mismo precio. Estas transacciones ficticias ayudaban a inflar las facturaciones (también ficticiamente) y dar forma a un mercado que realmente no era tan importante como sus protagonistas han hecho creer a los inversores.

En el caso de CMS, todas las cuentas serán revisadas y se calcula que los ingresos de los dos últimos años se tendrán que rebajar unos 4.400 millones de dólares (4.737 millones de euros). En el caso de Dynegy no será necesario modificar más que las cifras de intermediación, lo cual no se espera que tenga un impacto ni en los ingresos ni en los beneficios.

Perdón público

Watson había pedido perdón a sus accionistas en la junta que tuvo lugar hace un par de semanas por estas transacciones al igual que por la investigación que la SEC (regulador del mercado) está llevando a cabo por el papel de la empresa en la crisis energética de California, de la que ya se tienen evidencias de manipulación por Enron.

La dimisión de Watson hubiera sido una sorpresa en cualquier otro escenario pero, en este momento, en el que los mercados castigan los valores de empresas como la suya, se considera algo lógico. Dynegy se había perfilado como una empresa similar a Enron; de hecho, tras su caída comenzó una agresiva campaña publicitaria en la que hablaba de la claridad y estabilidad de sus operaciones de intermediación para ganar credibilidad.

Además de Dynegy y CMS hay más protagonistas en este estado de sospecha. Se trata de Williams. El segundo operador y dueño de gasoductos de EE UU ha ampliado su plan de venta de activos y búsqueda de liquidez para evitar que los inversores sigan pensando que es la segunda Enron. Williams, que está revisando sus cuentas por orden de la SEC, va a poner en el mercado 1.500 millones de dólares en acciones y venderá activos por 3.000 millones de dólares. Una de las operaciones planeadas por su consejero delegado, Steven Malcolm, es fusionar su empresa de intermediación de energía.

El objetivo es recortar la deuda, que además está bajo la constante vigilancia de agencias como Moody's, que estudia recortar su calificación sobre 13.000 millones de dólares. Desde el pasado noviembre, la compañía ha empezado a vender activos y a recortar sus costes 100 millones para tratar de mantenerse a flote después de que una filial de telecomunicaciones suspendiera pagos, lo que ha supuesto un coste para el grupo de 1.310 millones de dólares.

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