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Huelga general

Cabanillas afirma que la tramitación como proyecto del ley de la reforma del desempleo prueba la disposición de diálogo del Gobierno

El ministro Portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, aseguró hoy que la decisión de tramitar la reforma del desempleo como un proyecto de Ley es una prueba más de que el Gobierno siempre ha estado "a favor del diálogo, dispuesto a escuchar y a incorporar modificaciones".

Pío Cabanillas se expresó así en el transcurso de un desayuno informativo organizado por Nueva Economía en el que destacó que la decisión de permitir que se debata en el Parlamento "incide en ese respecto y en la no justificación de la actitud de los sindicatos y la convocatoria de huelga".

Explicó que los sindicatos "han podido introducir los puntos y opinar sobre todo lo que quisieron y no han querido", en una actitud que no sólo se corresponde con las "últimas cuatro reuniones, sino que ya desde las 48 horas después de constituido el Gobierno" empezaron a hablar de huelgas.

Para el ministro resulta obvio que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, "miente cuando dice que esto es producto de las últimas circunstancias y (Gaspar) Llamazares dice la verdad cuando dice que no es por los trabajadores sino que es una huelga contra el Gobierno".

Así, tras precisar que las 16 reformas laborales desde 1989 siempre se ha aprobado por Decreto Ley, enumeró: "dicen que es por el decreto, mentira; que es una huelga inevitable por nuestra culpa, mentira; que recorta prestaciones, mentira".

Afirmó que la propuesta del Gobierno no sólo no recorta prestaciones sino que incluye "muchas reivindicaciones sindicales" y que "lo que sí sería un recorte es que la reforma no se llevara a cabo y lo que sí ha sido un recorte ha sido toda la política socialista al respecto".

Por ello consideró que en la actitud del PSOE "hay algo de farsa en decir que no apoyo la huelga pero estoy perfectamente de acuerdo y voy a hacer una campaña nacional para explicarlo" y aseguró no entender "porqué los socialistas quieren ahora aparentar lo contrario de lo que hicieron cuando estaban en el Gobierno".

Tras enumerar los recortes en prestaciones, plazos y cuantías aprobadas como parte del plan aprobado por los socialistas en 1988, cuando Manuel Chaves era ministro de Trabajo, Cabanillas subrayó que "eso sí son cortes y entonces según ellos era una huelga injustificada, y ahora que no hay cortes es perfectamente justificada".

Aseguró que los "datos son muy tercos, están sobre la mesa y no tienen justificación por su parte, y los españoles lo saben y será siempre muy conscientes de que es una huelga política para crear una sensación de conflicto, tensión y crispación en un país ilusionado".

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