La UE condiciona el reconocimiento de Rusia como economía de mercado
El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, y el comisario de Comercio, Pascal Lamy, insistieron ayer en Moscú que Rusia tendrá que resolver 'lo antes posible' dos problemas energéticos que entorpecen su relación con la UE: el doble precio de la energía, según sea para consumo local o para exportación, y la imposibilidad de que una compañía europea pueda vender el gas importado de Rusia.
El diálogo sobre política energética, iniciado en octubre de 2000, sigue dominando la agenda económica de la cumbre con Rusia, informa Bernardo de Miguel. El 21% de las importaciones petrolíferas de la Unión Europea proceden de aquel país, cifra que asciende al 41% cuando se trata de importaciones de gas. Rusia 'juega un papel vital' en el suministro energético de la UE, reconocieron fuentes comunitarias antes de partir hasta Moscú.
Dos sombras planean sobre la relación entre ambos bloques. Rusia teme la integración del mercado energético europeo, que en el gas estaba previsto para 2003. A partir de entonces los contratos a largo plazo de Gazprom no podrán impedir, como ahora, la reexportación de su gas dentro de la UE. Bruselas considera urgente eliminar esa cláusula, que violaría las normas del mercado único.
La UE, además, urge a Rusia a reforzar las garantías legales para los inversores extranjeros en el sector energético, 'que todavía perciben riesgos superiores a los meramente comerciales'. Bruselas demanda 'un régimen fiscal y legislativo estable'. La Comisión Europea no excluye que Moscú intente ligar ambos problemas para seguir avanzando en el diálogo energético.
'No cabe duda de que Rusia es consciente de que es una cuestión esencial que entorpece' su reconocimiento como economía de mercado, dijo Rato. Ese reconocimiento es condición indispensable para las aspiraciones del Kremlin de ingresar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las principales potencias presionan a Moscú para tratar de obtener ventajas de carácter eminentemente energético a cambio de dar su visto bueno a esa condición.
De hecho, el presidente de EE UU, George Bush, en su reciente visita a Moscú, fijó el próximo 14 de junio como fecha tope para pronunciarse al respecto. Por su parte, Rato expresó ayer a su homólogo ruso, Alexander Kudrin, la voluntad de la presidencia española de llegar a un acuerdo para de crear 'un espacio económico común' con Rusia.
La delegación comunitaria trabajaba ayer contrarreloj para tratar de superar los escollos pendientes desde hace tiempo y lograr un desarrollo lucido de la cumbre de hoy, imbuidos del impacto mediático de la reunión entre Bush y Putin de la semana pasada.
El representante de Política Exterior, Javier Solana, se refirió a las diferencias que existen en materia política y que pasan por el futuro del enclave de Kaliningrado tras la prevista ampliación. Este territorio ruso en el Báltico quedará rodeado por países de la UE cuando Polonia y Lituania se incorporen a la Unión, por lo que sus habitantes necesitarán visado y pasaporte para salir.
Solana confió en que se hallará 'una solución satisfactoria' que al mismo tiempo mantenga en pie las normas fronterizas de Schengen.