Alcodra amplía la actividad de servicios de asistencia social
La inversión de seis millones de euros 'pretende asegurar un mínimo de crecimiento de las ventas del 20% anual los tres próximos años. No obstante, este crecimiento podría ser mucho mayor en segmentos emergentes, que la estructura de la empresa está capacitada para abordar', afirma Enmanuel Tissot, director general de la compañía.
Las inversiones se orientarán, básicamente, a la apertura de instalaciones y la contratación de personal para atender las nuevas modalidades de asistencia social, así como a financiar el mantenimiento de los estándares de calidad alcanzados por la empresa en la prestación de servicios, que han sido refrendados por auditorías externas y la certificación ISO 9002.
Tissot subraya que 'entre las coberturas sociales que España deberá afrontar a corto plazo está la atención domiciliaria a los mayores de 65 años. El porcentaje de ayuda nacional está cifrado actualmente en el 1,8% de la población, frente a una media del 8,1% en la UE'. 'Sólo con cubrir este desfase', prosigue, 'este segmento debería experimentar un crecimiento inmediato del 800%'.
'Y el envejecimiento de la población, el aumento de la población emigrante o la atención a los adolescentes van a plantear muchas nuevas necesidades en el ámbito de la asistencia psicosocial, que ya estamos comenzando a percibir'.
La atención a las nuevas exigencias sociales es uno de los factores que justifican el crecimiento de la empresa. Alcodra inició su actividad en 1987 en Zaragoza ofertando servicios de restauración colectiva a centros de enseñanza, residencias, empresas y hospitales. Su primera plantilla fue de 30 trabajadores, cifra que la fulgurante expansión por Castilla y León, Madrid y Cataluña obligó a duplicar en su primer ejercicio.
Ayuda a domicilio
En 1990, un concurso público del Ayuntamiento de Zaragoza para la prestación de servicios de ayuda a domicilio a colectivos con escasos recursos económicos, adjudicación ganada por Alcodra, brindó a la empresa la oportunidad de estrenar una nueva actividad y de acentuar su expansión a través de la penetración en segmentos emergentes. La ayuda psicosocial, que se ramifica en múltiples actividades, como los servicios de limpieza, de higiene personal, cobertura a familias desestructuradas o el apoyo psicológico, ha constituido un verdadero motor de crecimiento para la empresa.
Alcodra ocupa a 3.000 trabajadores (una parte a tiempo parcial) y su facturación en 2001 ascendió a 48 millones de euros. Para Tissot, 'además de la adecuada exposición a los nichos emergentes de mercado, el crecimiento de la empresa no hubiera podido justificarse sin la prestación de un elevado nivel de calidad en todos los servicios'.
'La calidad es decisiva en un sector donde el paso del tiempo va diferenciando, cada vez con mayor nitidez, a los verdaderos empresarios de los aventureros falsamente caritativos que, inicialmente, inundaron el ámbito de la asistencia social', señala el director general de la empresa.
'En este campo han sido demasiado frecuentes los casos en los que se subsistía a base de no pagar la Seguridad Social a los empleados o de vivir al margen de obligaciones fiscales y altos niveles de calidad'.
Tissot asegura que la privatización y la descentralización de los servicios sociales constituyen una tendencia imparable y el reto para Gobiernos autónomos y ayuntamientos es vigilar que estos cometidos sean asumidos por empresas que ofrezcan una alta calidad. 'La profesionalización debe exigirse con todo rigor, porque estamos trabajando con un material humano, que es el más sensible y delicado que existe'.