Renfe aprueba la compra de 60 nuevos trenes de cercanías por 252 millones
Hace dos años, Renfe encargó a la industria española el diseño y fabricación de un nuevo modelo de tren de cercanías más eficiente y funcional, denominado Cercanías 2000, del que encargó una serie inicial de 14 unidades. æpermil;ste servirá de referencia tecnológica para el concurso.
Tras los grandes concursos de compra de trenes de alta velocidad, que se resolvieron a lo largo del año pasado, Renfe ha decidido poner el acento en los servicios de cercanías, cuya demanda no deja de crecer desde hace varios años, para modernizar el parque actual y paliar la escasez de material que ha empezado a detectarse en algunos corredores.
La compañía que preside Miguel Corsini ha decidido poner en marcha un concurso público para adquirir 60 nuevas unidades de cercanías, cuyo presupuesto aproximado rondará los 252 millones de euros.
Este nuevo material rodante servirá para sustituir al parque más obsoleto que circula por las vías de las grandes ciudades, configurado por las denominadas unidades 440, en el final de su ciclo de vida útil.
El comité de dirección de Renfe ya ha dado hace pocos días su visto bueno al proyecto, pendiente sólo de la publicación oficial de la licitación, que se adjudicará por procedimiento negociado.
Previamente, el consejo de administración de la compañía ferroviaria ha sido informado de este proyecto de la dirección, según fuentes solventes. La adjudicación del pedido tendrá que ser ratificada por este organismo. Fuentes oficiales de Renfe han declinado comentar esta información.
æpermil;ste será el mayor pedido de trenes de cercanías desde el llamado Plan Felipe, firmado a finales de los años ochenta. La compañía ferroviaria quiere disponer de un nuevo concepto de tren de cercanías, con mejores prestaciones y más económico que los actuales. Al mismo tiempo, persigue crear un tren que implique a toda la industria sectorial y que sea exportable.
Encargo previo
Para cumplir con estos objetivos, la dirección de cercanías de la empresa pública encargó hace dos años a esos cuatro fabricantes implantados en España, Alstom, CAF, Siemens y Bombardier el desarrollo de un prototipo y la fabricación de 14 unidades de un nuevo tren, denominado hasta ahora Cercanías 2000.
La nueva unidad es más eficiente y económica que las actuales, el modelo 447, ya que ha sido construida en aluminio en vez de en acero. Su menor peso le permite una mayor aceleración y un menor consumo de energía, favorecido por los motores de tracción, más potentes y económicos.
Este nuevo tren permite al operador modular su tamaño en función de la demanda, es diáfano de un extremo a otro, cuenta con un diseño más aerodinámico e incluye nuevos servicios a bordo, como teléfono. Pese a que el nuevo concepto de tren ha sido desarrollado por ese consorcio, Renfe ha decidido convocar un concurso público abierto a otros fabricantes para adquirir ese nuevo parque de trenes.
En el concurso se definirán las especificaciones técnicas que debe tener el nuevo tren, que podrá fabricar cualquier entidad que se comprometa a cumplirlas.
Tras la fabricación de la primera preserie, el consorcio de Alstom, CAF, Siemens y Bombardier cuenta con grandes posibilidades de lograr el grueso del contrato, aunque las fuentes citadas no descartan que otros fabricantes tengan posibilidades de llevarse también una parte del pedido.
Competencia
El objetivo sería aplicar el principio de competencia fijado en los tres concursos de compra de material de alta velocidad. En ellos Fomento-Renfe apostó por Siemens y Talgo, en detrimento de Alstom, fabricante de los trenes de la línea Madrid-Sevilla. En el segmento de los trenes con sistema de cambio automático de ancho de vía, dominado hasta ahora por Talgo, el ganador fue un nuevo producto de CAF equipado con un sistema propio de variación de la anchura de los ejes y donde la firma vasca cuenta con la colaboración de Alstom.
Este futuro pedido de 60 unidades forma parte de un programa más amplio que se extiende hasta el año 2007, momento en el que concluye la contratación de todos los proyectos del actual Plan Director de Infraestructuras del Ministerio de Fomento.
El objetivo sería renovar el citado parque de unidades obsoletas e incrementar la flota total para satisfacer la demanda, lo que implicará la construcción de hasta 250 trenes hasta ese año.
Pendientes del gran contrato para el metro de Barcelona
Los fabricantes de ferrocarriles en España están pendientes de la convocatoria de un macrocontrato de 83 trenes para el metro de Barcelona. Junto a la licitación de los 60 trenes de cercanías por Renfe, es el bocado más apetitoso para un sector industrial que, por sus dimensiones, necesita una enorme cantidad de carga de trabajo para poder subsistir.
En concreto, el pedido del suburbano de la Ciudad Condal prevé una inversión de 498 millones de euros, tal y como fue aprobado por la Autoridad del Transporte Metropolitano el 25 de abril último.
Una de las unidades que se licitará está destinada a la línea 2 del metro de Barcelona, dos irán a la línea 3, otras 30 unidades se destinarán a la línea 5, y el resto, unas 50, prestarán servicio en la línea 9, que todavía se encuentra en fase de construcción.
Aunque el sector español de constructores de ferrocarriles siempre se muestra temeroso de que, a largo plazo, los pedidos no lleguen, para el próximo quinquenio el Gobierno español tiene planes tan ambiciosos que asegurarán carga de trabajo para todos.
Según un documento del Ministerio de Fomento, en los próximos cinco años la compañía ferroviaria estatal y las empresas que explotan diferentes líneas férreas de carácter regional o urbano comprarán 625 nuevos trenes. De ellos, 374 estarán destinados a prestar servicio en las nuevas líneas de alta velocidad; 186 serán trenes AVE de largo recorrido; 16, unidades de alta velocidad regional, y 72 convoyes de ejes intercambiables, para distinto ancho de vía.
En el ámbito de la explotación de redes de cercanías, el plan de Fomento prevé la compra de 250 trenes, 60 de los cuales son los que se anunciará de forma inmediata su licitación.
En total, el Plan de Infraestructuras Ferroviarias de Fomento prevé una inversión de más de 6.000 millones de euros.