Cómo entender la banda ancha
De un tiempo a esta parte, todo el mundo, tanto técnico como no técnico, habla de banda ancha. Trataremos a continuación de aclarar algunos conceptos para discernir entre las distintas opciones que se ofrecen bajo la denominación de 'ancha' y no se esté a la merced de unos u otros comerciales.
El principal problema surge del propio concepto de 'ancha', que carece de significado a no ser que se le compare. A la hora de utilizar el concepto de manera comercial, todo el mundo olvida dar el elemento de referencia que nos permita saber cuánto de ancho es lo que se nos ofrece, cómo se compara con otras opciones y cuánto futuro tiene esa 'anchura'. O lo que es lo mismo, cuánto nos cabe en la anchura.
En la liza de la anchura para el ámbito residencial, los contendientes son dos, el módem ADSL y el módem del cable, estando a la espera de que el tercer contendiente, el UMTS entre en la lucha. En el ámbito empresarial, debido al abanico de necesidades, la oferta es mucho más amplia, llegando hasta la conexión directa con fibra óptica.
La denominada banda ancha es un concepto difícil de evaluar por la cantidad de variables que se deben tener en cuenta, pero aunque es un tema para expertos, los no tanto pueden y deben contar con información suficiente.
El ancho de banda de un medio es un dato fijo para los equipos y dependiente de la longitud para cualquier tipo de cable. Se puede afirmar, aunque con ciertas reservas, que cuanto mayor es el ancho de banda de un medio, mayor es la capacidad o velocidad de transferencia de datos e imagen. Dicha capacidad o velocidad es el valor realmente importante para el usuario. Y digo con ciertas reservas, porque para complicar un poco más las cosas, aunque el ancho de banda está relacionado con la capacidad o velocidad de transferencia de datos e imagen, dicha capacidad o velocidad no es directamente proporcional al ancho de banda, sino que depende también de otros factores demasiado complejos para ser expuestos con detalle en este artículo. El ancho de banda se aprovecha mejor o peor según la tecnología empleada (módem clásico, ADSL, etc.). Puede asegurarse, eso sí, que para una misma tecnología, el aumento del ancho de banda supone un aumento de la capacidad o velocidad de transferencia de datos hasta que se alcanza el máximo práctico de la tecnología, momento a partir del cual el aumento del ancho se desperdicia.
El usuario no experto debe rechazar el valor de ancho de banda y pedir el valor realmente importante para él: la capacidad o velocidad de transferencia de datos, la cual se mide en megabits por segundo. Incluso este valor es difícil de interpretar, existen dos valores diferentes, el absoluto y el efectivo. En toda comunicación, los datos del usuario son incrementados con datos propios del sistema. A este incremento se le denomina overhead.
En una oferta de comunicación de banda ancha es extraordinariamente importante conocer la velocidad mínima garantizada y el número de usuarios que comparten un determinado ancho de banda troncal y esto para toda la longitud de la comunicación. Todos los sistemas de banda ancha o banda estrecha comparten todo o parte del camino. Ni siquiera se suele garantizar el ancho de banda contratado con bucle de abonado exclusivo de un usuario (es el caso en los accesos ADSL), debido a que otras partes del camino sí son compartidas y presentan o pueden presentar congestión.
En resumen, banda ancha no es un concepto válido de medida ni comparación. Para una tecnología, a mayor ancho de banda, mayor velocidad o capacidad de transferencia de datos. Para diferentes tecnologías debe de usarse la velocidad de transmisión de datos teniendo en cuenta velocidad de transmisión efectiva y no absoluta. Debe tenerse muy en cuenta la velocidad garantizada y el número de usuarios concurrentes por un ancho de banda o velocidad dado a todo lo largo del recorrido, incluso cuando se tenga bucle de abonado propio. A veces la publicidad no lo explica todo y nos puede llevar a engaño.