BMW destina 60 millones a sus nuevas instalaciones centrales en Madrid
No hay crisis para BMW. Con las ventas creciendo al 20% anual, en contra de la tendencia bajista del mercado, sus instalaciones en España se quedan pequeñas. Klaus Berning, presidente de BMW Ibérica desde septiembre, anuncia que el año que viene la firma tendrá una nueva sede central al norte de Madrid, al borde de la Nacional I, muy cerca de las oficinas de Renault.
La empresa alemana dispondrá de 9.000 metros cuadrados de oficinas a las que llevará su dirección, ahora en el número 149 del paseo de la Castellana, y otros departamentos antes dispersos.
La compañía necesita también más espacio para almacenar sus coches, porque su actual centro logístico en Torrejón de Ardoz está al límite de su capacidad. Con este fin se está buscando ubicación para un almacén más espacioso, que en principio también estará en el extrarradio madrileño. Entre ambos proyectos, las oficinas y el almacén, BMW invertirá 60 millones de euros. La estructura española de la multinacional tiene 280 empleados, además de los 2.850 que trabajan para su red de concesionarios.
Klaus destaca que BMW no es sólo importador de coches, sino también un gran comprador de componentes a la industria española. Los pedidos de BMW a proveedores españoles fueron el pasado año de 135 millones de euros, una cifra que aumentará progresi-vamente hasta los 400 millones anuales a partir de 2005.
La mayor parte de ese incremento corresponde a la Serie 1, el modelo más pequeño de la marca. Los fabricantes españoles proveerán piezas como faros, equipos de sonido, generadores eléctricos, paneles de instrumentos, válvulas, bujes de rueda, cristales, limpiaparabrisas, elementos del chasis, tapacubos y cerraduras, entre otros. ¢Ya se están haciendo los contratos¢, dice Berning, quien niega que la Serie 1 vaya a significar una popularización de la marca de prestigio. ¢Será un coche muy especial. Nosotros no hacemos productos de gran consumo¢, sentencia.
Tras nueve meses en España, el presidente de BMW Ibérica, un alemán de 45 años, se declara convencido de que ¢la velocidad de este país es enorme¢ y en cinco o siete años alcanzará la riqueza media europea. Buen conocedor del mercado alemán, donde las marcas llamadas premium suponen un 30% de las ventas, sostiene que en España, con sólo un 9% de coches de lujo, tiene un gran recorrido pendiente. ¢No sólo BMW, todas las marcas de prestigio tienen grandes posibilidades en este país¢.
El año pasado BMW vendió en España 35.000 coches, con un aumento del 19%, y entre enero y abril de este año otros 13.000, un 20,8% más. Pese a todo, Berning se plantea metas conservadoras: ¢Podemos alcanzar los niveles del año pasado¢. En 2001 la empresa tuvo un volumen de negocio de 880 millones de euros y ganó 32,8 millones netos. La rentabilidad de la red de concesionarios estuvo entre las más altas de BMW en todo el mundo, al situarse entre el 3% y el 3,5% de la facturación.
Reglamento europeo
Berning expresa su preocupación por los efectos que tendrá el nuevo reglamento sobre venta de automóviles que prepara la Comisión Europea, sobre todo por la desvinculación de concesionarios y talleres. ¢No sé cómo vamos a garantizar la calidad del servicio posventa¢, admite. ¢No creo que el profesional de un taller independiente que trabaja con varias marcas pueda recibir la formación necesaria. Es improbable que alcance nuestro nivel en productos tan tecnológicos¢.
El presidente de BMW Ibérica critica que Bruselas vaya a forzar a las marcas a fijar precios únicos antes de impuestos para toda la UE. En su opinión, los coches son ahora un 10% más baratos en España y tendrán que subir en ese porcentaje. ¢Si los precios tienen que ser los mismos en toda Europa, ¿por qué no los impuestos?¢, se pregunta.
Sin embargo, el ejecutivo asegura no tener ningún problema en que sus coches se vendan en concesionarios multimarca, con la única condición de que haya zonas de exposición separadas, lo que ya prevé el reglamento.