Iberdrola firma la paz laboral para los próximos cinco años
El preacuerdo, que deberá ser rubricado por el conjunto de los trabajadores y el consejo de Iberdrola, supondrá despejar el marco de relaciones laborales en España para los próximos cincos años. Este objetivo estaba incluido en su plan estratégico para el periodo 2002-2005.
El plan de reajuste de plantilla, que afectará a 1.200 personas, tendrá un coste de 360 millones de euros, según fuentes sindicales. La salida de estos trabajadores será pactada y se producirán a partir de los 57 años. En el plan estratégico de Iberdrola, el ajuste previo se elevaba a 1.500 trabajadores.
Este preacuerdo, sin embargo, tiene mayor calado. En el documento firmado ayer en Madrid por la dirección de la eléctrica y las centrales sindicales se abre, además, el capítulo de garantías para la plantilla de Iberdrola que se incorporará a los nuevos negocios de la empresa presidida por Íñigo de Oriol. Así, su marco de relaciones laborales será el mismo que el que actualmente tienen en el grupo Iberdrola.
Para las nuevas incorporaciones, por contra, se ha pactado una regulación laboral diferente. Sin embargo, este marco no diferirá, sustancialmente, del pactado para la actual plantilla de Iberdrola.
La estrategia de la dirección tiene como principal objetivo el crecimiento del grupo en España, así como el rejuvenecimiento de sus estructuras. Además, busca redimensionar una plantilla que tiene en España su principal fuente de negocio y donde Iberdrola tiene previsto realizar un importante esfuerzo inversor en el periodo 2002-2006.
Iberdrola tuvo un beneficio neto atribuido durante los tres primeros meses de este año de 254,23 millones de euros, un 4,09% más que en el mismo periodo del año anterior. El importe neto de la cifra de negocios de la compañía eléctrica de enero a abril de 2002 ascendió a 2.614,8 millones de euros, un 42,8% más. Este importante incremento se produjo como consecuencia del aumento de las ventas al mercado mayorista, según la compañía eléctrica.
En los resultados del primer trimestre influyeron negativamente el incremento de los gastos financieros en 19 millones de euros, que incluyen, entre otras partidas, una provisión por depreciación de la cartera de Telefónica por valor de 36 millones de euros.
El resultado de las sociedades por puesta en equivalencia supuso también un impacto negativo de 12 millones de euros como consecuencia de la caída de los resultados de Repsol. Por contra, tuvo unos resultados extraordinarios de 34,9 millones de euros por la venta de algunas compañías brasileñas distribuidoras de gas.