Los Godia tienen la llave de Iberpistas
La disputa por hacerse con el control de Iberpistas entra en su fase decisiva. La CNMV ha aprobado la segunda oferta de compra, lanzada por Aurea, que pugna con Acesa por hacerse con la concesionaria madrileña y, de paso, con el liderazgo del sector en España. Ahora, la concesionaria catalana tiene en su mano volver a ofertar para mejorar la propuesta de su rival, una opción que parece factible tras el golpe de mano de la familia Godia, el primer accionista de Iberpistas con el 23% del capital.
La familia catalana ha recurrido a una interpretación rigurosa de los acuerdos que había firmado junto a otros accionistas para vender el 51,8% de la autopista a la filial de Dragados y se ha desvinculado de ellos. Sostienen los Godia que no se han cumplido los plazos previstos para regular las futuras relaciones con Dragados como socios en Aurea-Iberpistas y que, por tanto, tiene manos libres para aceptar cualquier otra oferta, incluso la que había pactado con Aurea.
Godia ofrece de este modo un claro señuelo a Acesa, sabedor que la clave de la oferta de la antigua Aumar es el pacto con ese núcleo de control de Iberpistas. No en vano, estos socios se han asegurado la venta de sus títulos mediante un canje ventajoso (Aurea se valora en 2,1 veces Iberpistas) y el compromiso de recibir un dividendo privilegiado o bien obtener una revalorización de sus acciones muy importante en un plazo de cinco años. El resto de los accionistas de Iberpistas pueden acogerse a esta oferta o a otra de 13 euros por acción en metálico.
El líder catalán del sector, que había ofrecido previamente 11 euros en efectivo, tiene ahora la opción de hacer la última propuesta, que debe mejorar la de su rival en al menos el 5%. Para hacerlo, cuenta con un plazo de 15 días y con la actitud insinuante del primer accionista de referencia de la titular del túnel del Guadarrama, diferente a la del resto de los socios, decididos a canjear sus acciones por títulos de Aurea. Los Godia pueden dar ahora la llave de Iberpistas a cualquiera de los dos y quieren rentabilizar esa posición.
La concesionaria catalana, por su parte, estaría decidida, según distintas fuentes del sector, a reofertar para mantener su posición de liderazgo sectorial y diluir el excesivo peso que tiene Cataluña en su negocio.
Pero para lograr su presa tendrá que convencer a los minoritarios con dinero en metálico y a los Godia con una propuesta, ya sea en efectivo o en acciones, que supere el precio de canje más el sustancioso dividendo privilegiado que asegura Aurea en un plazo de cinco años.
En todo caso, la voluntad de permanencia de esta familia fundadora de Iberpistas en la empresa resultante de una eventual fusión parece clara. Basta leer el acuerdo bilateral que pactó con Dragados para aceptar su oferta. Según ese documento, los Godia se aseguran el control del 10% de la sociedad resultante de la fusión de Aurea e Iberpistas, así como la designación de dos puestos en el consejo de administración, incluido una vicepresidencia.
Acesa podría estar pensando en ofrecer algo similar al primer accionista de Iberpistas y, según fuentes cercanas al grupo catalán, ambas partes podrían haber alcanzado un acuerdo en ese sentido. Los vínculos entre las dos sociedades se remontan en el tiempo y son de cierto calado.
Acesa controla el 8% de Iberpistas y ésta, el 0,8% de la catalana. Ambos han puesto en común sus participaciones en las nuevas autopistas adjudicadas en España, las radiales III y V de Madrid y la Central Gallega.
Un beneficio asegurado de 117 millones
El acuerdo de accionistas entre los socios del núcleo de control de Iberpistas, las familias Godia, López Casas, Torrente, Blasco, Cabedo, Seco e Ybarra, y Dragados-Aurea establece que los primeros aceptan cobrar con acciones del grupo de concesiones de la constructora en vez de en metálico. Además de esos títulos, esta opción les asegura unos ingresos potenciales máximos en cinco años de unos 117 millones de euros, bien vía dividendo especial o por la revalorización de las acciones de la nueva Aurea. Y es que esa remuneración de las acciones privilegiadas se vincula a la evolución del precio de la acción. Si éste no fuera superior a 22,17 euros, el que resulta de calcular la media ponderada de la cotización los tres meses anteriores a la decisión por parte de Aurea de lanzar la opa, el dividendo máximo, a cobrar dentro de cinco años, será de 6,65 euros por título.
Como el número total de nuevas acciones que tendrá que emitir Aurea para canjearlas por ese 51,8% de Iberpistas es de 17,6 millones, según se deduce del folleto de la oferta aprobado por la CNMV; la cifra total máxima a repartir son esos 117 millones. Si la cotización es superior a 22,17, el dividendo será la diferencia hasta 28,82 euros. Si la cotización fuese igual o superior a esta cifra, no habrá remuneración, pero los nuevos accionistas de Aurea se aseguran la posibilidad de vender sus acciones con una fuerte plusvalía. Ese dividendo máximo se reduce de forma gradual si la acción se vende antes de cinco años, de tal manera que, si se enajena antes de que transcurran dos años desde el canje, no se recibirá ese dividendo especial.
El folleto de la opa desvela que Aurea se ha asegurado la financiación de oferta en metálico mediante un crédito puente de 441 millones de euros de Barclays Capital. El aval del total de la oferta, por 951 millones, es de SCH.