La tasa subyacente se dispara hasta el 3,9%
Si la subida del IPC interanual es preocupante, lo es más la evolución de la inflación subyacente (la que descuenta del índice general los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos), por ser la que mide la tendencia de los precios a medio y largo plazo.
La tasa subyacente subió en abril del 3,5% al 3,9%, presionada sobre todo por el mal comportamiento del vestido y del calzado y de algunos sectores ligados a los servicios como los hoteles, cafés y restaurantes.
El Gobierno, consciente de la dificultad de rebajar la inflación subyacente, lanzó ayer una llamada de atención a los empresarios de los sectores más inflacionistas, en los que opera la libre competencia. 'No quemen las naves en medio del océano; la competitividad no se gana con subidas de precios a corto plazo', advirtió José Folgado.
Y es que el Ejecutivo se enfrenta a un dilema, difícil de resolver. Los sectores más inflacionistas son precisamente en donde el Gobierno no tiene margen de maniobra para actuar. La evolución de los precios del petróleo está en manos de los países exportadores de crudo. El vestido, el calzado y la hostelería, afectados por el redondeo al alza con la llegada del euro, son sectores abiertos a la competencia. Según reconoció ayer Folgado, al Gobierno sólo le queda esperar a que el efecto euro se diluya en los próximos meses y el petróleo no siga repuntando.