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Coyuntura

La inflación vuelve al 3,6% empujada por el 'efecto euro' y el petróleo

Las centrales sindicales acusan, además, a los empresarios de romper el pacto de moderación de rentas, con subidas indiscriminadas en los precios para asegurarse mayores márgenes de beneficios.

La inflación ha vuelto a jugar una mala pasada, agravada esta vez por el factor sorpresa, ya que no se esperaba una evolución tan negativa como la que se ha registrado en abril. Al contrario de las expectativas lanzadas por analistas y por el propio Gobierno, el índice de precios de consumo (IPC) experimentó el mes pasado una fuerte subida, según datos publicados ayer por el INE. La tasa mensual se elevó un 1,4% sobre la de marzo, y la acumulada en el ejercicio (en los cuatro primeros meses) se encuentra ya en el 2,1%, por encima del objetivo oficial para todo el año, del 2%, cuando sólo ha pasado una tercera parte del periodo.

El IPC de abril en tasa interanual (compara los precios respecto al mismo mes del año anterior) también se ha disparado, pasando del 3,1% al 3,6% en sólo un mes, a unos niveles desconocidos desde agosto de 2001.

La explicación de este comportamiento de los precios tiene dos razones fundamentales: la prolongación de las tensiones inflacionistas que llevan arrastrándose en los últimos meses en algunos sectores y el impacto del euro.

En abril, la mayor subida correspondió al vestido y calzado (7,1%), responsable por sí solo de la mitad del alza del IPC en el mes. Experimentaron fuertes aumentos también el grupo de las bebidas alcohólicas y el tabaco (4,1%), y el del transporte (1,6%). Este último grupo, afectado por el repunte continuado de los precios del petróleo.

Los alimentos, tanto los elaborados como los frescos, también ayudaron, con subidas del 1,1% y 1%, respectivamente.

Por contra, tuvieron un buen comportamiento el ocio y la cultura, las comunicaciones (no variaron) y la enseñanza (sólo subió un 0,1%).

En tasa interanual, sigue pesando sobre el índice general de precios el encarecimiento del petróleo, en un país, como España, que es el séptimo importador mundial de crudo.

De los 2,1 puntos que ha subido el IPC en lo que va de año, 0,8 puntos se deben al efecto de la subida de los carburantes sobre los transportes; 0,32 puntos, a los alimentos, y 0,4 puntos a las subidas de las tarifas en hoteles, cafés y restaurantes, que acumulan una tasa interanual del 5,7%.

El Gobierno, a traspiés

La inflación de abril ha pillado con el paso cambiado al Gobierno. El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, reconoció ayer que el dato es muy negativo, aunque confió en que el IPC se modere en los próximos meses, gracias a la rebaja de los precios de las telecomunicaciones y de algunos alimentos.

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, reconoció que en la subida de abril ha tenido algo que ver el efecto redondeo con la llegada del euro, algo que, por otro lado, ya había sugerido la presidenta del INE, Carmen Alcaide, que podía ocurrir, extendiéndose de forma gradual durante varios meses.

Este efecto como tal (subida de precios al pasar de pesetas a euros) fue de poca intensidad en enero. Sin embargo, los comerciantes y hosteleros han aprovechado el final del periodo de rebajas y la eliminación del doble etiquetado en muchos establecimientos para subir los precios una vez que ya estaban en euros. 'En la caña de cerveza, en los menús diarios de los restaurantes, en el precio de la ropa y el calzado cabe pensar que ha sido así', dijo ayer Folgado.

La ropa de niño se encarece el 11% en un mes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El final de las rebajas y el efecto euro provocaron fuertes subidas en el grupo del vestido y calzado. La ropa de niño y de bebé se encareció un 10,8% sobre marzo. El calzado de mujer, un 9,8%, y el de niño, un 8,3%.

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