El Congreso argentino aprueba una parte de las leyes exigidas por el FMI
La Cámara de Diputados de Argentina dio media sanción a la reforma del proyecto de Ley de Quiebras exigida por el FMI, que posibilita el control de los acreedores de las compañías privadas en quiebra.
La norma legal reformada fue votada a última hora de la noche del jueves, en medio de una agitada sesión parlamentaria en la cual los discursos de sus partidarios se centraron en la necesidad de obtener la ayuda del Fondo, mientras que los opositores acusaron al Gobierno de ceder la soberanía nacional. El nuevo texto deberá ser discutido ahora por el Senado para poder convertirse en ley.
Los diputados restablecieron los mecanismos por los cuales el acreedor puede quedarse con el control de la empresa en quiebra. Asimismo, otro artículo establece que el precio de venta de las acciones de empresas con dificultades financieras deberá fijarse de acuerdo con los valores del mercado.
Pocas horas antes, la mayoría del Senado, compuesta por una alianza de peronistas y partidos provinciales, había aprobado la derogación lisa y llana de la Ley de Subversión Económica, tras fracasar un intento de consenso entre radicales y peronistas para aprobar un proyecto de reforma de esa ley. La norma castiga a los responsables de fugar capitales de las empresas. Por esta ley han sido procesados o citados a declarar ante la justicia diversos directivos bancarios en causas relacionadas con la fuga de depósitos, antes y después de las restricciones bancarias del corralito en diciembre pasado.
Ahora, la reforma de la Ley de Quiebras debe ser tratada por el Senado, mientras que la derogación de la de subversión económica será discutida por Diputados. En un cuadro de aguda división política y parlamentaria, el presidente Eduardo Duhalde admitió ayer que 'ante medidas difíciles uno va quedándose más solo'. Las presiones de la subdirectora-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, quien exigió que ambas leyes quedaran reformadas 'esta semana', hicieron que Duhalde calificara sus declaraciones como 'expresiones que muchas veces molestan; son inoportunas para un ambiente tan sensible como el bancario y financiero'.
El portavoz presidencial, Eduardo Amadeo, aseguró ayer que 'en no más de 30 días vamos a tener el acuerdo' con el Fondo. Amadeo reconoció, sin embargo, que el acuerdo 'no es un fin en sí mismo, sino un medio que nos va a solucionar un problema de divisas, y ése no es un tema menor'. El FMI espera, primero, las leyes.