Caruana cifra el crecimiento en el 2% y dice que remite la desaceleración
La economía española creció en torno al 2% en tasa interanual en el primer trimestre de 2002, cuatro décimas menos que en el último de 2001, según el Banco de España, que advierte, no obstante, que el proceso de desaceleración de la actividad 'ha remitido'. El patrón de crecimiento ha sido calcado de 2001: dinamismo del consumo privado y la inversión en construcción, y atonía del gasto en equipamiento y las exportaciones.
El Banco de España publicó ayer las estimaciones de crecimiento económico del primer trimestre de este año tanto en ciclo-tendencia, viejo sistema utilizado por Estadística, como en series corregidas del efecto del calendario, tal como se van a comenzar a publicar desde ahora. El avance medio del PIB en tasa interanual fue en el primer trimestre del 2% (1,9% filtrado el efecto calendario y 2,1% en ciclo-tendencia), frente a un 2,4% en el último trimestre de 2001. El crecimiento intertrimestral fue del 0,6%, lo que supone una importante recuperación con respecto al valor estimado por Estadística para el cuatro trimestre de 2001, que fue del 0,2%.
Con esta evolución, y pese a haber proseguido la contracción del crecimiento económico, el Banco de España asegura que 'parece que el proceso de desaceleración de la economía española ha tendido a remitir en los primeros meses del año actual, manteniendo las mismas pautas de las economías de nuestro entorno'. El informe del banco asegura que, de confirmarse estos datos, 'la economía estaría ya superando una fase de desaceleración que se ha caracterizado por su cortedad y por haber mantenido un alto ritmo de crecimiento'.
El banco afirma que a medida que se vaya consolidando la recuperación en el entorno internacional (ha comenzado por Estados Unidos y se extiende paulatinamente a los países europeos, aunque mantiene mucha incertidumbre en Japón) y 'los agentes económicos incorporen a sus decisiones el cambio de expectativas, la inversión empresarial inicie un periodo de crecimiento sostenido y las exportaciones retomen su pasado dinamismo, convirtiéndose, ambas, en los motores de la nueva fase expansiva', se afianzará el crecimiento económico. Sin embargo, advierte que para ello la economía tendrá que aumentar su tasa de ahorro, y deberá mejorar los niveles de competitividad, 'eliminando los diferenciales de precios y de costes que mantiene con los competidores'.
Patrón de crecimiento
El crecimiento económico en el primer trimestre de 2002 ha sido muy similar al de la segunda mitad de 2001, con relativa pujanza del consumo privado nacional y de la inversión en construcción, y con persistente caída de la inversión en bienes de equipo y atonía en las exportaciones.
La demanda nacional habría crecido a una tasa interanual del 2,3%, unas tres décimas menos que en el trimestre precedente. Dentro de la demanda nacional, mantiene su firmeza el consumo privado, que persiste en su vigor aunque se desacelera el crecimiento de la remuneración de los asalariados en los primeros meses del año, tanto por ajuste de empleo como de salarios.
En lo referente al segundo factor dinámico de la demanda, la inversión en construcción mantuvo en los tres primeros meses de 2002 una actividad 'superior a la esperada', con avances en el volumen de los trabajos realizados del 8,5% en los primeros meses, como consecuencia de la pujanza de la obra civil y de la edificación residencial. No obstante, este componente de la construcción sigue perdiendo paulatinamente fuelle desde el pico máximo alcanzado en 1999.
La inversión en equipamiento, la otra pata de la formación bruta de capital fijo, ha proseguido su descenso, en coherencia con las opiniones de los industriales, que prevén una caída del 2% nominal de la inversión este año, ligeramente inferior a la de 2001. Sin embargo, el informe del Banco de España señala que el debilitamiento de este componente está tocando fondo, pese a la fuerte influencia negativa de la inversión en la industria, que destina la mayoría de sus ventas al exterior.
La demanda exterior ha mantenido en los tres primeros meses de 2002 su aportación negativa al crecimiento económico en unas tres décimas, lo que supone que el proceso de deterioro en el comportamiento agregado del sector exterior se habría detenido, aunque los incrementos interanuales de importaciones y exportaciones siguen siendo aún muy escasos. Hay que destacar también que los indicadores de turismo, que en 2001 habían conservado un alto dinamismo, se deterioraron fuertemente en los tres primeros meses de 2002, lo que habría neutralizado la ligera mejora en la exportación de bienes. No obstante, señala el servicio de estudios del Banco de España, la información disponible de enero de intercambios exteriores no permite asegurar 'que estemos ante el final de la desaceleración de las ventas al exterior. Similar lectura merece la ligera recuperación de las compras, ligada a la mejora del consumo interno en España y a la caída de precios generalizada.
Por ramas de actividad, todas contribuyeron a la desaceleración económica en el primer trimestre, pero 'la industria podría haber iniciado ya un cambio de tendencia', mientras que los servicios mantienen el ritmo de más a menos aportación al crecimiento.
Sigue creciendo el endeudamiento de las familias
En los tres primeros meses del año el consumo privado ha mantenido su firmeza, pese a que se desacelera el crecimiento de la remuneración de los asalariados en los primeros meses del año, tanto por ajuste de empleo como de salarios. Con este comportamiento, 'la modesta recuperación de las tasas de ahorro de los hogares que se apreciaba en los trimestres finales de 2001 no tiende a acentuarse; de hecho, la tendencia al aumento de la tasa de endeudamiento de las familias en los últimos años ha proseguido en los primeros meses de 2002'. Precisamente el informe del Banco de España publicado ayer considera que para consolidar una nueva etapa de fuerte crecimiento económico es preciso, además de recomponer los niveles de competitividad de la economía española, mejorar los de ahorro de los agentes económicos para sostener la inversión.
En el primer trimestre del año el empleo habría experimentado una nueva contracción en su crecimiento, como consecuencia de las expectativas menos optimistas de los empresarios, y que tienen su reflejo en las afiliaciones a la Seguridad Social. Además de la moderación de los salarios y del menor crecimiento del empleo influiría en la menor disponibilidad de renta 'la atonía que continúan mostrando los mercados de valores, que no permite esperar que las ganancias de riqueza proporcionen un apoyo significativo al gasto'. Como consecuencia de todo esto, el indicador de confianza de los consumidores prolongó su tendencia descendente y refleja el deterioro en las expectativas de empleo y el sentimiento menos favorable sobre la posibilidad de ahorrar en el futuro.
El informe del Banco de España apunta que el ligerísimo debilitamiento del consumo privado estaría ligado a los componentes duraderos de la demanda de los hogares, mientras que el gasto no duradero habría mantenido el ritmo de finales de 2001.