Las dudas sobre la fortaleza del crecimiento en EE UU lastran las Bolsas
La coyuntura bursátil, por repetitiva, desespera a los participantes en el mercado. La duda de los expertos es si el principal índice de la Bolsa seguirá en tierra de nadie gracias a esa armonía que se da entre los grandes valores, de tal modo que cuando Telefónica, que es el caso, sucumbe sacan pecho los grandes bancos, y viceversa.
Protagonistas de la coyuntura actual son hoy, como ayer, las incertidumbres que generan las cifras económicas de Estados Unidos; la escasa consistencia de los resultados empresariales; la vuelta a la aversión al riesgo que implica la inversión en renta variable y la estrechez de los flujos de capitales.
Hoy, como ayer, los inversores en Bolsa buscan oportunidades concretas y a muy corto plazo. Buscan el premio gordo de Dragados, por ejemplo, aunque en el caso concreto de esta constructora sólo haya caído en el bolsillo del Santander. La lotería, en fin, se juega en los valores de capitalización media y pequeña, que son los que mayores plusvalías acumulan, como promedio, en lo que va de año.
El porcentaje más alto de inversores, bien de forma directa, bien a través de fondos de inversión, sufre en sus carnes, que es su patrimonio, el retroceso sin fin de las acciones de Telefónica. Por eso, la percepción es que la Bolsa va muy mal, aunque los índices apenas sufran desde enero.
Nada ha cambiado desde marzo de 2000 en las Bolsas, salvo el trapicheo con valores de segundo orden. La crisis actual es de valoraciones muy altas. Más altas, en cualquier caso, en Estados Unidos que en Europa, pero altas.
Los resultados del primer trimestre, lejos de limar asperezas, las aumentan. De los 500 valores del S&P han rendido cuentas 400, con una caída media de éstos del 6,3% y retroceso del 4,7% en las ventas. O lo que es lo mismo, las cifras económicas tienen poco lustre y no pueden soportar niveles de cotizaciones tan elevados como los actuales.
Hecho curioso de la semana que comienza es, además de la resaca del puente de mayo, la expectativa mínima que ha levantado la reunión de hoy del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Hasta hace muy poco existían apuestas a favor de un alza moderada de los tipos de interés. Los indicadores de la semana pasada y los resultados de las empresas retrasan esta subida hasta bien entrado el ejercicio.