Bruselas proyecta elevar 862 millones de euros los gastos agrícolas en 2003
Bruselas ha puesto en marcha ya la maquinaria presupuestaria anual. La Comisión de Presupuestos, que dirige Michaele Schreyer, acaba de aprobar el anteproyecto de Ley de Presupuestos de la Unión Europea para el próximo año, que será presentado en las próximas semanas al Consejo de Ministros comunitario y al Parlamento para su aprobación definitiva. Una vez más, las partidas agrícolas centran el documento.
La Comisión propone elevar los gastos agrícolas en 862,7 millones de euros (143.500 millones de pesetas), hasta alcanzar los 45.117 millones de euros, un 1,9% más que en 2002. Los créditos agrarios ejecutables, programados para el próximo año representarán el 46% del presupuesto comunitario, que asciende a 98.117 millones de euros (sube un 2,7%) y equivale al 1,03% de la renta bruta global.
La Comisión insiste en que la evolución, tanto del presupuesto general como del agrícola, 'sigue una senda austera' y, en todo caso, dentro de las previsiones incluidas en la Agenda 2000 e inferior a la media de los Presupuestos de los Estados miembros. No obstante, aunque el crecimiento del gasto agrícola no es muy elevado en porcentaje (1,9%), sí lo es en cifras absolutas, dado el peso de la agricultura en la política comunitaria. El Ejecutivo comunitario es consciente de ello y justifica el diseño de sus proyecciones por el aumento comprometido de las ayudas al desarrollo rural, y, por otro lado, por el cambio en el sistema de ayudas al ovino y caprino, en función ahora de los ingresos obtenidos, y que elevan considerablemente estas partidas.
La Comisión arguye también que la situación de los mercados agrícolas será favorable el próximo año, con un consumo interno y exportación al alza. Bruselas intenta contrarrestar, de esta forma, las críticas de quienes consideran un despilfarro dedicar ingentes cantidades de dinero a subvencionar los productos agrícolas internos.
La atención puesta a los gastos agrícolas ha hecho que el otro cimiento del presupuesto, los fondos para acciones estructurales, aumenten sólo un 0,5%, por debajo del crecimiento anual previsto para la región.
Las 'acciones estructurales', que incluyen los fondos estructurales, el Fondo Social Europeo, el Fondo Europeo de Orientación y de Garantía Agrícola (Feoga), el instrumento financiero de orientación para la pesca (IFOP), y el Fondo de Cohesión, representan el 34% del gasto total estimado para 2003. La mayor parte del dinero (21.577 millones de euros) irá para ayudas a regiones consideradas Objetivo 1, con menos del 75% de la renta media comunitaria, entre las que se encuentran más de la mitad de las españolas.
La Comisión sólo ha sido generosa en algunos capítulos internos, de escasa entidad. Así, los fondos para políticas medioambientales crecen un 17,6%, y las políticas de empleo, un 9%. El gasto comprometido supera el 41% del total. Bruselas destinará alrededor de 27 millones de euros (4.500 millones de pesetas) a promover la reconversión de los barcos pesqueros y los pescadores afectados por el fracaso de las negociaciones entre la Unión Europea y Marruecos.
3.900 funcionarios más para afrontar la ampliación al Este
Una de las partidas que superará en 2003 lo acordado en la Agenda 2000 de perspectivas financieras es la referida a los gastos de administración, que experimentarán un crecimiento del 5,2%, hasta los 5.446 millones de euros, de los que 735 millones irán dedicados a planes de pensiones de los funcionarios.
El efecto de la ampliación también pasará factura. La Comisión ha elaborado un informe en el que calcula que va a necesitar 4.800 trabajadores más (3.900 si se descuentan los 900 que ya trabajan en la Dirección General de la Ampliación) para hacer frente a la adhesión de 10 nuevos países.
Ello supondrá un 13% más del personal actual. De los 3.900 nuevos empleos, 1.582 irían destinados a los servicios de traducción e interpretación. La contratación se producirá de forma gradual, hasta 2008. El vicepresidente de la Comisión Neil Kinnock considera 'modesto' este incremento de personal, del 13%, teniendo en cuenta que habrá nueve idiomas más, que afectan a 70 millones de ciudadanos.
El Ejecutivo comunitario ha previsto también 55,3 millones de euros para los trabajos preparatorios que se realizarán en 2003, destinados a la ampliación, además de los fondos reservados a la preadhesión (capítulo 7).
La ampliación al Este pondrá en tela de juicio la política agraria común (PAC), según muchos analistas, ya que obligará a elevar aún más las ayudas si se quiere mantener su nivel actual, algo que colapsará las finanzas comunitarias si no se efectúa la oportuna reforma. La agricultura tiene una importancia vital en los candidatos a la adhesión. En Bulgaria, por ejemplo, representa el 21,1% del PIB. El terreno cultivable aumentará en 60 millones de hectáreas, un 55% del existente en la UE.
A todo ello hay que sumar su efecto sobre el reparto de fondos estructurales, que irán en su mayor parte a paliar la menor renta de los nuevos socios.