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Internet

La escritura digital permitirá formalizar documentos a distancia

El comercio electrónico sólo podrá desarrollarse si las transacciones electrónicas ofrecen a los consumidores y a los profesionales el mismo nivel de seguridad y de confianza que los contratos en papel. Bajo esta premisa, los notarios europeos, reunidos en Madrid el pasado fin de semana en la Asamblea de la Conferencia de los Notariados de la UE (CNUE), analizaron los pros y los contras de la futura escritura digital una vez que ya se han sentado las bases para la firma electrónica notarial.

Para José Francisco García-Más, presidente del grupo de trabajo de la CNUE que ha elaborado la Propuesta de régimen jurídico del uso de firma electrónica y las comunicaciones electrónicas de los notarios, la ventaja de la firma digital es clara, 'servirá para que el ciudadano gane tiempo sin perder seguridad'. Así, la era de Internet agilizará el traspaso de documentos entre notarios, entre éstos y los registros públicos y los órganos administrativos y judiciales, y con los particulares. El hecho de que una escritura notarial pueda distribuirse en soporte electrónico permitirá, por ejemplo, que dos personas situadas en ciudades diferentes celebren un contrato sin tener que viajar para sentarse ante el mismo notario.

Sobre este futuro, los notarios son conscientes de que todavía, hoy por hoy, existen problemas que frenan la implantación de la escritura digital. El principal reto es la seguridad.

Por un lado, Juan Bolás, actual presidente de la CNUE, señala que 'el notario da la confianza y la seguridad jurídica que necesita la Red, a la que aún le falta seguridad técnica'.

Pero, por otro lado, esta falta de seguridad técnica también afecta al desarrollo de la escritura digital. Los notarios europeos están de acuerdo en que esta escritura no puede salir adelante en tanto no se garantice que los documentos digitales no van a estar expuestos a la posible alteración de su contenido.

El otro gran reto es la forma de archivar estos documentos digitales. En este sentido, la propuesta de la CNUE establece que las organizaciones notariales de cada país se encarguen del establecimiento, gestión y vigilancia de los archivos de documentos públicos notariales en soporte electrónico.

En este sentido, el colegio de notarios de Austria ya conserva los documentos notariales en un archivo electrónico central al que sólo tienen acceso los tribunales, las autoridades públicas y particulares autorizados. Por su parte, los notarios franceses ya trabajan en una red interna segura y en unos seis meses pondrán en marcha un sistema para que los clientes del notario se puedan relacionar con él a través de la Red. Para garantizar la seguridad, este acceso sólo estará hábil para quien posea un CD-Rom a modo de autorización.

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