El cierre de Quiero desata la guerra entre los accionistas
La decisión mayoritaria de los accionistas de Quiero de proceder a la liquidación ordenada de la compañía ha desatado la guerra con MediaPark. La compañía catalana asegura que busca la supervivencia de la plataforma, pero fuentes cercanas a Quiero afirman que la verdadera batalla entre los socios tiene como epicentro los pasivos de la televisión.
La televisión digital de pago Quiero avanza hacia su cierre. La compañía presentó ayer al Ministerio de Ciencia y Tecnología el escrito de solicitud de resolución del contrato de concesión. Ahora son los servicios jurídicos del Estado los encargados de determinar si la plataforma ha cumplido los compromisos asumidos en el concurso y tiene derecho a la devolución de los 34 millones de euros en avales.
Hasta que el Gobierno no dé el visto bueno a la resolución del contrato y devuelva estas garantías, Quiero seguirá emitiendo y captando abonados para evitar, afirma, problemas administrativos.
Pero si Quiero espera no tener demasiados conflictos con la Administración, no tiene la misma esperanza con la guerra desatada entre los accionistas. La junta del jueves que aprobó la devolución de la licencia fue el último episodio de la tensión entre ellos. MediaPark, participada por Iberdrola y Telefónica, se levantó de la asamblea y ha puesto en marcha todas las medidas posibles para invalidar la decisión.
La compañía catalana asegura que su actitud pretende evitar el cierre de Quiero y poner de manifiesto que ha sido la gestión de Auna la que ha llevado a la plataforma a una situación terminal. Pero otras fuentes explican que el problema de fondo está en los pasivos de Quiero y en la fórmula elegida para poner fin a su existencia.
La liquidación ordenada por la que ha optado Auna exige primero el pago de las deudas, que se calculaban en 312 millones de euros al cierre de 2001. Si Quiero no tiene activos suficientes para hacer frente a ellas, serán los accionistas quienes tengan que aportar el efectivo restante, de forma proporcional a su porcentaje de capital en la plataforma.
Una quiebra, sin embargo, permite ahorrarse estos pagos, ya que los acreedores sólo se repartirían los activos de Quiero, sin responsabilidad adicional para los socios.
Fuentes cercanas al proceso aseguran que Auna ha elegido la primera opción para evitar una mancha en su expediente y en el de sus accionistas (SCH, Endesa...). Una quiebra en su grupo de empresas podría aumentar su perfil de riesgo crediticio o afectar a otras compañías del holding. Estas fuentes añaden que esta circunstancia no afecta a MediaPark, que prefiere la quiebra de Quiero para así no tener que desembolsar su parte proporcional en la liquidación de las deudas. La compañía catalana, por su parte, insiste en que sólo busca lo mejor para la plataforma y recuerda que ella también es acreedora de Quiero, a la que ha suministrado contenidos.
En cualquier caso, la negociación con los acreedores se prevé complicada, sobre todo porque el cierre de Quiero puede arrastrar a alguno de ellos.