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Cuentas ocultas

El PSOE acusa a Rato de utilizar las cuentas secretas para controlar el BBVA

El vicepresidente segundo, Rodrigo Rato, y la diputada socialista Arancha Mendizábal acabaron ayer su enfrentamiento en el Congreso mostrando su disposición a verse ante el juzgado de guardia. La tensión en la sesión de control al Gobierno se multiplicó por la acusación lanzada por el portavoz del Grupo Socialista, Jesús Caldera, al ministro de Economía, en torno al manejo de la información que le facilitó el Banco de España sobre las cuentas secretas del BBVA. Caldera aseguró que Rato la utilizó para aupar al frente del banco a 'su amigo' Francisco González, al que achacó haber concedido desde Argentaria, en su etapa pública, al menos dos créditos a empresas del entorno familiar del ministro.

Rato no negó la recepción de estos créditos, sobre los que, de momento, no estará obligado a responder. La Mesa del Congreso, con los votos del PP, ratificó ayer por segunda vez el rechazo a una pregunta del PSOE sobre el particular.

Rato advirtió a los socialistas que 'investigar la vida privada de los adversarios, de sus familiares y de los familiares de los familiares', así como el manejo de 'datos confidenciales' relacionados con estos créditos puede 'contribuir al delito'. El vicepresidente acusó al PSOE de recurrir a los 'dossiers' para hacer política y opinó que tras la desaparición del régimen de Franco, los ciudadanos ya no son 'sospechosos'.

Caldera no se arrugó y narró su versión de lo ocurrido en la fusión entre el BBV y Argentaria. 'El pez chico se come al grande y es como si se unen el Rayo Vallecano y el Real Madrid y ponen de presidenta a la señora Teresa Rivero [mujer de José María Ruiz Mateos, presidenta del Rayo]. Al frente del nuevo banco queda el señor González, que cuando Argentaria era pública le concedió a su entorno familiar al menos dos créditos, que usted no explica en el Parlamento porque la señora presidenta del Congreso [Luisa Fernanda Rudi] veta las preguntas'.

La sesión subió todavía más de tono cuando la diputada Arancha Mendizábal negó a Rato la capacidad para dar 'lecciones de moral' y le emplazó a acudir al 'juzgado de guardia' al finalizar el pleno. 'Si su señoría quiere que vayamos al juzgado, ahora mismo', le refutó Rato. 'Tenemos una cita a la salida, ¡iremos al juzgado!', le respondió la diputada.

Las palabras se las llevó el viento, aunque el diputado del PP Vicente Martínez Pujalte, en los pasillos del Congreso, opinó muy convencido tras el debate que sí, que este rifirrafe contra el vicepresidente acabará en los tribunales.

El PSOE preguntó también a Rato las razones por las cuales no instó a actuar a la Fiscalía General del Estado, a la Agencia Tributaria o a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el mismo día en que conoció la existencia de cuentas secretas en el BBVA, información que mantuvo en reserva el Banco de España durante 14 meses.

El ministro aseguró la semana pasada que el gobernador Jaime Caruana le trasladó esta información en octubre del año pasado y en febrero le dio cuenta de la apertura de un expediente disciplinario. Rato argumentó ayer en su defensa que los organismos supervisores funcionan de forma autónoma y no dependen del Gobierno. Este criterio le valió también para justificar el hecho de que el Banco de España aún no haya sido capaz de acceder a la identidad de los titulares de las 138 cuentas del HSBC descubiertas en la investigación del caso Gescartera.

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