Uriarte comunica al juez Garzón que González conocía los fondos opacos
El ex consejero delegado del BBVA, Pedro Luis Uriarte, ha comunicado al juez Baltasar Garzón que el actual presidente del banco, Francisco González, conocía la existencia de 22 fondos de pensiones ocultos contratados con Alico (hoy AIG) al menos desde el 4 de enero de 2001. El Banco de España concluyó en su informe de inspección que no estaba claro en qué momento lo supo y apunta que después del 8 de enero de 2001.
Pedro Luis Uriarte, ex consejero delegado y ex vicepresidente del BBVA, en una carta enviada al juez Baltasar Garzón, da a entender que el actual presidente del banco, Francisco González, ya tenía conocimiento de los 22 fondos de pensiones a nombre de ex altos cargos del BBV desde diciembre de 2000.
Según el informe de inspección que hizo el Banco de España, 'no queda claro en qué momento' Francisco González se entera de la constitución de los fondos de pensiones ocultos, por valor de 19,2 millones de dólares, contratados en marzo de 2000 con la aseguradora estadounidense Alico (hoy AIG) y reintegrados al banco en febrero de 2001.
El interventor del BBVA, Ángel Cano, declaró al Banco de España que González supo a través del ex copresidente, Emilio Ybarra, y 'con posterioridad al 8 de enero [de 2001]' que había unos 20 millones de dólares en el exterior en depósitos a tres años. Pero no dice que conociera que eran fondos de pensiones.
Uriarte señala que el 29 de diciembre de 2000 se entrevista con el ex copresidente, Emilio Ybarra, quien le informa de que 'unos fondos', no depósitos, 'situados en el exterior se iban a incorporar a la contabilidad el último día de ese año', y añade, 'por decisión de los dos copresidentes'.
El ex consejero delegado envió la misiva al juez el pasado 19 de abril, precisamente el día que se difundió que Garzón citaba como testigo a González el 25 de abril, mañana.
En su carta, Uriarte también hace referencia a que el presidente del BBVA conoce los fondos cuando habla de ello en una reunión del 4 de enero de 2001, en la que también está presente González. En ella, 'pude confirmar la decisión que me había comentado el señor Ybarra', la de reintegrar los citados fondos, que fue tomada por los dos copresidentes, según sus afirmaciones anteriores.
Pocos días después, el 19 de enero, Ybarra y González mantienen un encuentro con el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, y el subgobernador, Gonzalo Gil. Y en el informe de inspección no consta que se hablara de la cantidad oculta en Alico.
Por una confidencia
La primera noticia que tiene Uriarte de que tanto González como Ybarra deciden repatriar los fondos fue el 27 de diciembre. Se entera 'por la confidencia de un ejecutivo del banco'.
Al igual que otros consejeros que ya han dimitido, como âscar Fanjul, Alfonso Cortina y Juan Entrecanales, Uriarte contradice la versión que dio Ybarra ante el Banco de España para justificar la creación de los 22 fondos de pensiones y que se basa en que eran una suerte de reserva para garantizar la compra del banco mexicano Bancomer.
En contraposición, Ybarra le explicó en marzo de 2000 que eran para reconocerle 'una serie de derechos' y así compensar la bajada de retribución a los consejeros del BBV tras la fusión con Argentaria.
Especifica también que Ybarra le dio a entender que esos fondos 'podían ser reclamados por el banco' o dedicarse 'a otros fines'.
Uriarte señala que conoció la versión sobre la compra de Bancomer a la vez que el Banco de España, el 25 de septiembre de 2001, cuando Ybarra y él se reunieron con el gobernador, Jaime Caruana, y el subgobernador, Gonzalo Gil.
Su texto apunta claramente a que Ybarra fue el principal responsable de la operativa. Y que el propio ex copresidente asumió personalmente su responsabilidad.
Uriarte, que dimitió de la vicepresidencia de Telefónica el pasado 11 de abril, justifica el escrito al juez para clarificar su papel con respecto a los fondos de pensiones y pide que incluya la carta en las diligencias. Añade que tiene documentación que acredita lo declarado.
Se exculpa diciendo que le parecía 'lógica' la compensación retributiva que le propuso Ybarra y que creía que los fondos serían incluidos en la memoria del ejercicio 2000 y aprobados en 2001, 'lo cual no ocurrió porque la operación fue cancelada antes de esa fecha'.
Aunque en todo momento es prolijo en las fechas, no especifica qué día supo que se había reintegrado la cantidad de su fondo al banco (1,3 millones de dólares) ni quién se lo comunicó. Dice que 'se me confirmó' que se había incluido la cifra en el capítulo de 'cuentas a cobrar' antes del cerrar el ejercicio 2000. Se canceló la operativa y se incluyó en la contabilidad de ese año. Añade: 'Se me confirmó que se habían pagado todos los impuestos por parte del banco'.
Explica, además, que intentó cancelar el fondo él mismo, pero que Ybarra le disuadió porque ya lo estaba haciendo el banco.
El presidente de la entidad testifica mañana
El presidente del BBVA, Francisco González, comparece mañana como testigo ante el juez Baltasar Garzón, que instruye el caso de las cuentas secretas que el BBV mantuvo ocultas durante 13 años, hasta 2000.
Garzón hará especial hincapié, en el interrogatorio, a todo lo referente a los 22 fondos de pensiones que el banco constituyó en marzo de 2000 a nombre de ex altos cargos del BBV, según fuentes judiciales.
Una de las interrogantes que el juez quiere despejar es cuándo tuvo conocimiento González de la existencia de los fondos de pensiones ocultos.
Según la carta que enviaron al Banco de España el actual presidente y el ex copresidente, Emilio Ybarra, González supo de la existencia de una cuenta no incluida en la contabilidad del banco, aunque no de su contenido, en septiembre de 2000.
En diciembre de ese mismo año fue informado del saldo de esa cuenta y de que figuraba a nombre de la Fundación Amelan. A finales de ese mismo mes, conoció la operativa sobre autocartera procedente del Banco Vizcaya, así como de las cantidades que se habían transferido a la aseguradora estadounidense Alico (19,2 millones de dólares).
En julio de 2001, González tuvo conocimiento de la operativa que se hizo para comprar casi el 5% de Argentaria (antes de la fusión) y del resto de las operaciones, siempre según consta en el escrito remitido por la copresidencia del BBVA al máximo órgano supervisor, que estaba inspeccionándolo.