El presidente de Vivendi se juega hoy su futuro en la junta del grupo francés
Jean-Marie Messier, presidente de la multinacional francesa Vivendi-Universal, vivirá hoy en París la junta de accionistas más amarga y tensa desde que ocupa la primera responsabilidad del grupo galo.
La dramática caída de la cotización de las acciones de la compañía, que han perdido en los dos últimos años un 70% de su valor, y la enorme polémica y descontento que han levantado las últimas decisiones de Messier, en relación con la destitución de Pierre Lescure como presidente del grupo Canal +, pesan como una losa en el ánimo de los accionistas.
La estrategia de gestión de Messier pasa por desvincular a la antigua Générale des Eaux de sus orígenes de empresa de servicios y tratamiento de aguas y consolidarla como la segunda compañía de comunicación del mundo en competencia directa con la multinacional estadounidense AOL Time Warner.
Una estrategia que el mercado no se acaba de creer y que ha llevado a la compañía ha registrar este año las mayores pérdidas contables de una compañía francesa. En concreto, perdió 13.600 millones de euros.
Buena parte de las pérdidas proceden del saneamiento que la empresa se ha visto obligada a realizar ante la caída del valor bursátil de las filiales adquiridas en los dos últimos años. Pagadas a altísimos precios, en la cresta de la burbuja de la nueva economía, y financiadas con deuda.
Los analistas estaban ayer divididos en sus cábalas sobre lo que ocurrirá en la reunión de accionistas de hoy.
Dudaban sobre la intensidad de la presión que los sectores críticos con Messier podrían desplegar para forzar su eventual dimisión, que incluso podría llegar a producirse en el consejo de administración previo a la junta de accionistas si finalmente Messier siente que el apoyo de los principales accionistas de la empresa, del que ha disfrutado hasta ahora, comienza a resquebrajarse.