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Previsiones

Bruselas prevé un crecimiento para España superior al de la media de la UE

La economía española crece así más del 1,4% de previsto por Bruselas para los doce países de la eurozona y del 1,5% de crecimiento estimado para el conjunto de la Unión por el Ejecutivo comunitario.

La inflación prevista (3%) estará este año nueve décimas por encima del 2,1% anunciado para la eurozona y el desempleo se situará a niveles cercanos al de 2001 -con un 12,8%- pero la Comisión espera que el índice de paro se reduzca en 2003 al 12%.

Se espera que en la segunda mitad de 2002 se confirme la recuperación de la economía española, después de la "desaceleración significativa" del crecimiento del PIB el año pasado, lo que hará posible alcanzar en 2003 un aumento superior al 3%, según Bruselas.

Durante lo que queda de 2002 se confirmará, estima la Comisión, una desaceleración económica con respecto a niveles precedentes, aunque en el segundo semestre se prevé "una recuperación en todos los componentes de la demanda, excepto el gasto en consumo del Gobierno".

Ese menor ritmo de crecimiento económico tuvo su impacto en la creación de empleo en España, que se reducirá según Bruselas hasta el 1% en 2002, para recuperarse el año que viene, con un índice del 2,2%.

El aumento del índice de desempleo previsto este año será "limitado y de poca duración", afirma el Ejecutivo comunitario, que augura un descenso en 2003 hasta el 12%. También se pronostica en 2003 un recorte de la inflación, que para ese año se situará en el 2,5%, siempre que, como en el resto de las previsiones para el año que viene, no se anuncien cambios sustanciales de la política económica.

En sus Orientaciones Generales sobre Política Económica para 2002, la Comisión Europea emite una serie de recomendaciones e identifica algunos "problemas sin resolver", entre los que destaca "la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas".

La solución, estima Bruselas, pasa por una "amplia reforma" del sistema de pensiones, puesto que considera que el acuerdo de abril de 2001 con los interlocutores sociales no fue suficiente para acabar con los desequilibrios.

En cuanto a la subida de precios, en su informe la Comisión considera que la inflación subyacente todavía es elevada y se detectan signos de un crecimiento "deprimido" de la productividad, lo que puede indicar la existencia de "un grado insuficiente de competitividad en algunos sectores".

En política presupuestaria se destaca que en 2001 se logró por primera vez el equilibrio, después del déficit del 0,3% del año precedente y que la previsión es que en 2005 se alcance incluso un excedente del 0,2% del PIB.

El informe constata el compromiso de control del gasto primario formulado por las autoridades españolas y que la reforma anunciada del impuesto sobre la renta de las personas físicas es compatible con la consolidación fiscal perseguida.

Sin embargo, la Comisión advierte que para el período 2002-2005 no existen "medidas apropiadas" para combatir el fenómeno del envejecimiento de la población, lo que resulta especialmente preocupante por la composición demográfica del país.

La Comisión recomienda que se revise el sistema público de pensiones y que se dé prioridad al empleo de los excedentes de la Seguridad Social para aumentar la dotación del fondo de reserva de pensiones.

En relación con el mercado laboral, se piden medidas para aumentar la movilidad, que la formación de los salarios tenga más en cuenta las diferencias regionales y evolucione según la productividad y la formación y que se den pasos hacia una mayor participación de ciertos colectivos, como las mujeres.

La Comisión recomienda lograr un equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad laborales, a través de la aplicación de las últimas reformas de los contratos y que se avance hacia una reducción de la cantidad de contratos de tiempo determinado y un mayor uso de los de tiempo parcial.

A pesar de la apertura de la economía española en los últimos años, la Comisión identifica aún un nivel "elevado" de titulares de servicios fijos (sin libre competencia) en las telecomunicaciones y el gas y detecta un problema de falta de competencia en los sectores de farmacia, hipermercados y venta de libros.

Por ello, y aun recordando que España tiene uno de los mejores niveles de transposición de legislación comunitaria sobre creación del mercado interior, pide aumentar la competencia en esos ámbitos y especialmente destaca el caso del mercado eléctrico.

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